≡ Menu

¿Cuáles son los deberes y obligaciones de la esposa en el Matrimonio?

Suscribete
Suscribete
Siguenos
Twitter
Visit Us
Follow Me
RSS

“El encanto de la mujer alegra a su esposo, y si es sensata, lo hace prosperar.Una mujer discreta es un regalo del Señor; una persona educada no tiene precio. Una mujer modesta es el mayor encanto; nada vale tanto como una persona reservada. Como el sol que brilla en lo alto del cielo, así es la mujer hermosa en un hogar bien cuidado. Como lámpara que alumbra en el candelabro del templo es un rostro hermoso en un cuerpo bien formado”,


Eclesiástico 26:13-17

La luz y la alegría de un hogar, es debido en gran parte a la mujer, a quien está confiado el gobierno de ese pequeño reino interior. La Esposa en el hogar debe ser la reina que gobierna con amor maternal y siempre está en acuerdo con su marido el rey.

Los Maridos tienen como deber, amar a sus esposas y tratarlas con caridad y respeto. No hay espacios, para que el hombre piense que es el dueño de su esposa. Ella es la reina, porque él es el rey y ambos deben de respetarse y sobretodo amarse como lo que son “Una sola carne” Marcos 10:8. Todo lo bueno y malo que se hagan, se lo hacen así mismo.

San pablo dice que las mujeres están sujetas a sus maridos: “Así como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres lo han de estar a sus maridos en todo Efesios 5:24.

Por lo mismo, las esposas deben de ver en los esposos la autoridad divina, y por lo tanto deben de respetarlos, así como lo vuelve a decir el mismo San Pablo: “Las mujeres sujétense a sus maridos como al Señor, porque el varón es cabeza de la mujer, así, como Cristo es cabeza de la Iglesia” (Efesios 5: 22-23).

Esto no quiere decir, que todos los maridos son justos, sino que las mujeres deben de obedecer en todo lo que sea justo. Por eso San Pablo, hace la aclaración al decir “como al Señor”. Si un esposo es un mal marido; que lleva a la familia al pecado, que maltrata, fornica, es borracho y no ofrece amor, la mujer no está obligada a obedecerlo y mucho menos a estar sujeta a Él. Esto también aplica a la inversa para el Esposo.

Por eso, las esposas deben de imitar a la Santísima Virgen María, en sus atenciones y su respeto a San José. No olvidemos, que la misma Biblia nos dice, que Jose era un “hombre Justo” Mateo1:19

La esposa es una compañera y no esclava; así mismo la llamó Adán (Génesis. 3: 12). Compañera única, inseparable, consagrada por un sacramento.

El deber de la Esposa es ayudar al marido. Así la llamó Dios: “no es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda semejante a él”. (Génesis. 2:18).

“[26] 6º Deberes de los cónyuges. — a) Es deber del marido: • tratar a su mujer con agrado y dignidad, esto es, como compañera (Gen. 2 18; 3 12.); • estar siempre ocupado en el ejercicio de alguna profesión honesta, para proveer al sustento de la familia y para no afeminarse por la ociosidad; • gobernar rectamente su casa, corregir las costumbres de todos y hacer que todos cumplan con su deber.

[27] b) Es deber de la esposa: • obedecer a su marido, vivir sujeta a él (I Ped. 3 1-6.), y agradarlo en todo, no amando ni estimando a nadie más que a él después de Dios; • educar a los hijos en la Religión; • cuidar diligentemente de las cosas domésticas, no saliendo de casa si la obligación no las obliga a ello, ni sin la licencia de su marido. “


Catecismo Romano o del Concilio de Trento (publicado en 1566)

Según el Mons. Martin Dávila Gándara la esposa debe de proveer o ayudar al marido en lo siguiente:

  1. Los fines primarios del matrimonio: procreación, educación de los hijos, remedio de la concupiscencia.
  2. Las necesidades materiales de la vida; administración de la casa; apoyo seguro en el porvenir.
  3. Las necesidades morales y espirituales: si el hombre debe ser sostén de la mujer en su debilidad, la mujer debe ser su ayuda y perfeccionamiento moral y espiritual.
  4. Para que sea como su Semejante.
    • Así la llamó Dios respecto al hombre. Semejante al hombre, en la naturaleza, y en los derechos conyugales. Aunque el hombre es la cabeza, la mujer es igual al hombre, tan semejante que es su mitad, su otro yo.
    • La mujer debe hacer al marido semejante así. Con su bondad, con sus palabras, con el ejemplo de una vida santa.
    • La mujer es omnipotente sobre el corazón del marido si sabe tratarlo con paciencia.
    • La mujer se casa con el hombre que ha elegido tal como era. Con sus buenas cualidades o defectos, le tendrá como quiera: bueno, si le quiere bueno; malo, si malo; le hará semejante así, según sea buena o mala.

 Los deberes de la esposa son:

  1. Amar a su marido: Dice San Pablo “más la casada piensa en las cosas del mundo (buscando), cómo agradar a su marido” (1 Corintios.7:34). Amando a su marido, se ama a sí misma, ya que es una sola persona con él.
  2. Estar sujeta a él: En todas las cosas: especialmente en el deber esencial del matrimonio y en las cosas de la casa, excepto en el pecado.
  3. Fidelidad: Dice San. Pablo “la mujer no tiene potestad sobre su cuerpo, sino el marido; e igualmente, el marido no tiene potestad sobre su cuerpo, sino la mujer. (1Corintios 8: 4).
  4. (Si no trabaja por necesidad): Debe de atender las cosas de la casa. El hombre lleva las cosas a casa, la mujer las coloca en su sitio; limpieza y orden deben ser su preocupación; sobriedad y economía debe ser su regla, porque es el secreto de su riqueza.
  5. Honrar a los suegros. Ellos se han colocado en el puesto de sus propios padres. Son los padres de su marido, con el cual se ha hecho una sola cosa. Aquí tenemos, el hermoso el ejemplo de Ruth para con su suegra Noemi (Ruth. 1:7). San Pablo nos recuerda: “Someteos unos a otros en el temor del Señor” (Efesio 5:21)

Someterse es tomar el lugar divinamente dispuesto en una relación dada. Nunca se exigirá sometimiento de unos a otros; ello puede tener lugar sobre la base de la confianza y la voluntad.

El asunto de la sumisión ha sido motivo de discusión y controversia. La intención original de Dios para la familia, fue que gobernaran la Tierra como socios; eran una carne y todo lo compartían mutuamente.

San Pedro nos dice sobre esto: El pecado rompió esa sociedad y el Señor estableció al esposo como cabeza de la familia. En Cristo, el Señor lleva de regreso a la posición de unión como «coherederos» (1 Pedro 3:7).

En Cristo; Luis Roman

Santa María ora pro nobis

Recursos:

  • Blog del Mons. Martin Dávila
  • Catecismo Romano o del Concilio de Trento (publicado en 1566)