En el Antiguo Testamento, una de las historias más populares es la del Rey David. Parte de esta interesante historia, es como David llega al trono del Reino de Israel. En ella vemos envidia, traición, idolatría y hasta suicidio.

En el personaje de Saúl podemos ver a un falso rey; que no obedece los mandatos de Dios, a pesar de estar en la silla del pueblo consagrado a Dios. Es un anti Mesías.

El personaje de David, por lo menos en esta parte su historia, refleja la obediencia a Dios, el perdón y la vida. La obediencia que demuestra David a Dios es ejemplar, al perdonar la vida de su enemigo Saúl y obedecer a este, mientras pudo, solo porque Saúl era el Rey, o sea el que estaba sentado en la silla del pueblo de Dios. David prefigura al Mesías

Aquí les dejo una comparación entre Saúl y David

Saúl y David estuvieron sentados en el trono del reino de David con la bendición de Dios, pero las historias no son paralelas como ya pudimos observar.

Para muchos teólogos y para mi también en Saúl y David podemos ver también una prefiguración de Judas (el traidor) y San Pedro.

Ambos fueron apóstoles, ambos traicionaron al Señor, pero uno solo caminó hacia el arrepentimiento y el perdón y por esto obtuvo la vida eterna. El otro, aunque parece que se arrepintió, no busco el camino del perdón y terminó en la ruina. Al igual que Saúl (traidor), Judas también cometió el crimen grave del suicidio.

Pidámosle a Dios la guía para ser fiel a Él siempre y que aprendamos, que no hay mejor ruta para la fidelidad que la de su Palabra.

En Cristo; Luis Roman

Santa María ora pro nobis