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El verdadero pan de los hijos de Dios (San Pablo y Santo Tomas de Aquino explican)

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Esta semana celebramos Corpus Christi (La Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Jesús). Dice San Pablo a los Corintios 11,23-26 Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, 
dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía”. 
Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva.”

 “Dios todopoderoso y eterno, heme aquí, acercándome al sacramento de vuestro Hijo único, nuestro Señor Jesucristo. Enfermo como estoy, vengo al médico de quien depende mi vida; sucio, a la fuente de la misericordia; ciego, al hogar de la luz eterna; pobre y desprovisto de todo, al dueño del cielo y de la tierra. Imploro, pues, tu misericordia, tu inagotable generosidad, a fin de que te dignes curar mis enfermedades, lavar mis suciedades, iluminar mi ceguera, cubrir mi desnudez; y que así pueda yo recibir el pan de los ángeles (sl 77,25), al Rey de reyes, al Señor de los señores (1Tm 6,15), con toda reverencia y humildad, toda mi contrición y devoción, toda la pureza de mi fe, toda la firmeza de mis propósitos y la rectitud de intención que requiere la salvación de mi alma. Dame, te lo ruego, no recibir simplemente el sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre, sino toda la fuerza y eficacia del sacramento. Oh Dios, lleno de dulzura, concédeme recibir de tal modo el Cuerpo de tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, este cuerpo material que él recibió de la Virgen María, que merezca ser incorporado a su Cuerpo místico y contado entre sus miembros. Padre lleno de amor, concédeme que este Hijo muy amado que me preparo a recibir ahora bajo el velo que conviene a mi estado de viajero, pueda un día contemplar a cara descubierta y por la eternidad, a él que, siendo Dios, vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.” Oraciones Santo Tomás de Aquino

Al igual que Jesus cuando hizo el milagro de la multiplicación, le dió los canastos a los discípulos, para que repartieran el Pan que acababa de multiplicar, así por la Sucesión Apostólica, nuestros Obispos y sacerdotes tienen el poder servicial de consagrar el pan y el vino, y Jesús actuando en ellos transforma esas especies en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

A esta transformación se la llama transubstanciación (CIC 1375-1376). Cambia la substancia del pan, que no es ya más pan, sino el Cuerpo Resucitado de Jesús, y lo mismo con el vino.

En Cristo Luis Roman

Santa María ora pro nobis

Foto: The Last Supper, about 1525–30, Simon Bening. Tempera colors, gold paint, and gold leaf on parchment; 6 5/8 x 4 1/2 in. The J. Paul Getty Museum, Ms. Ludwig IX 19, fol. 83v