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La razon por la cual se usa Incienso en la Santa Misa

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Posiblemente te has preguntado; por qué se utiliza incienso en la Santa Misa. Los testimonios de ex protestantes (no católicos), convertidos al catolicismo, coinciden que su fe cristiana comenzó a tener vida a través de los símbolos y signos utilizados en la liturgia católica.

La Santa Misa es la oración más poderosa y hermosa que podemos ofrecer a Dios, porque es el sacrificio de Cristo que se ofrece al Padre por nuestros pecados y que se nos da como alimento, gracias al poder del Espíritu Santo en el Pan y el Vino. Todo lo que se hace en la celebración (liturgia), es para recordarnos estos misterios y a través de estos signos, gestos y palabras expresamos nuestra fe cristiana y nuestra unidad universal con todos los católicos del mundo de hoy, de ayer y de siempre.

El Catecismo nos dice “que, en la vida humana, signos y símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales. Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios” (CIC 1146).

En las sagradas escrituras se nos recuerda el significado del incienso en el Salmo 141:2 “Suba mi oración delante de ti como el incienso”. Así como el incienso esparcido en el altar, durante la celebración sube, así también nuestras oraciones en ese momento suben hasta la presencia de Dios.

En Levítico 16:12-13 también se nos dice; “Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar delante del Señor y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio”.

Estoy seguro que has estado en algunas celebraciones donde es tanto el humo del incienso que casi no se puede ver y esto debe servir para recordar, que lo que vemos va más allá de lo que realmente parece ser. Vemos pan y vino, pero en realidad se trata del Cuerpo y Sangre de Cristo. Lo que no podemos ver a simple vista, es todavía más grande e inimaginable.

Como evidencia de que el incienso no es una práctica que solo los judíos hacían y que nunca los cristianos hicieron hasta la época medieval, podemos leer en el libro del Apocalipsis en la liturgia celestial, donde San Juan (uno de lo doce) detalla: “Y vino otro Ángel que se ubicó junto al altar con un incensario de oro y recibió una gran cantidad de perfumes, para ofrecerlos junto con la oración de todos los santos, sobre el altar de oro que está delante del trono” (Apocalipsis 8,3).

El incienso también trae el sentido de la realidad celestial que es misteriosa (que no se puede entender/ ni ver) de la Santa Misa. Cuando estamos en el templo, no debe ser igual o parecido al mundo al que estamos acostumbrados a vivir. Todo en la liturgia nos debe recordar las realidades celestiales, a través de las vestiduras del sacerdote, los cantos litúrgicos, las velas, la reverencia, el silencio y también el olor y el humo del incienso. Todos esto en conjunto con nuestra Fe, conecta la celebración aquí en la tierra con la liturgia celestial simbolizada en el libro del Apocalipsis.

Así como Cristo es el único que es Dios y hombre, así también gracias a su sacerdocio y por medio del Espíritu Santo la Santa Misa es el único acto que se lleva a cabo en la dimension terrenal y celestial. El Santo Sacrificio de la Misa es el encuentro entre el cielo y la tierra.

En Cristo; Luis Román

Santa María ora pro nobis