La voluntad de Dios no necesita de nada y de nadie para cumplirse, porque Dios es todopoderoso. Vale la pena mencionar, que como Dios es todopoderoso, su divina providencia utiliza todo lo que sucede aquí en la tierra, para cumplir su voluntad. Lo malo y lo bueno, todas las cosas están sujetas a la voluntad de Dios.
Jesus fue enviado por amor del Padre para salvarnos. Él fue enviado para dar su vida por su rebaño. Hasta san Juan El Bautista le llama el cordero de Dios. Ese nombre, a los oídos de cualquier judío de la época, le daría entender, cuál es el propósito del hijo de Dios en la tierra. Jesús predice y anuncia su muerte y resurrección múltiples veces, porque este era el plan de salvación desde siempre.
La afirmación, de que si no hubiese habido un Judas, Jesús no hubiese sido entregados a las autoridades judías, es completamente falsa. Judas no hizo nada que le diera méritos. El traicionó a Jesus y luego traiciono su propia vida al cometer suicidio. Judas no tuvo la humildad de pedir perdón, como lo hizo san Pedro después de haber negado a nuestro Señor no tan solo una sola vez, sino que tres veces.
La providencia de Dios se valió de las decisiones personales que Judas tomó por si solo y que lo llevaron a la condenación. Como muchos santos expresaron, si de alguien sabemos que estas en el infierno, ese es Judas, por la falta que le hizo al Señor. Judas le dio la espalda a nuestro Dios y renegó de todo lo que se le había dado de parte de Dios, al tomar su vida. ¿No es esto lo que hacemos cuando caemos en pecado?
Santo Tomas de Aquino nos dice lo siguiente:
“El Hijo del hombre se va, como está escrito de él. ¿Qué es lo que estás diciendo, que tú te entregarás? Dice el Hijo del hombre se va, se va por propia voluntad. Así estaba profetizado en Is 53,7 (Vg): fue oprimido porque él quiso. De allí que se afirme que la pasión fue predicha por los profetas, tal como explicará el mismo Señor en Lc 24,27: empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Y en este sentido nada es nocivo al Hijo del hombre, porque se hace lo que él ya dispuso.”
“Alguien puede decir, si se va por propia voluntad no hay que imputar a Judas por su muerte. Por eso se debe aclarar que ciertamente Judas hacía esto movido por su mala voluntad, mientras que el Hijo obraba espontáneamente.”
En Cristo; Luis Roman
¡Santa Maria Ora Pro Nobis!
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