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María es el cuello que une a la Iglesia el cuerpo con Jesús la cabeza

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“Cierto que no queremos negar que la erogación de estos bienes corresponde por exclusivo y propio derecho a Cristo; puesto que se nos han originado a partir de su muerte y Él, por su propio poder, es el mediador entre Dios y los hombres”.

“Sin embargo, por esa comunión, de la que ya hemos hablado, de dolores y bienes de la Madre con el Hijo, se le ha concedido a la Virgen Augusta, ser poderosísima mediadora y conciliadora de todo el orbe de la tierra ante su Hijo Unigénito. Así pues, la fuente es Cristo y de su plenitud todos hemos recibido; por quien el cuerpo, trabado y unido por todos los ligamentos que lo nutren… va obrando su crecimiento, en orden a su conformación en la caridad. A su vez María, como señala Bernardo, es el acueducto; o también el cuello, a través del cual el cuerpo se une con la cabeza y la cabeza envía al cuerpo la fuerza y las ideas. Pues ella es el cuello de nuestra Cabeza, a través del cual se transmiten a su cuerpo místico todos los dones espirituales.”

“Así pues, es evidente que lejos de nosotros está el atribuir a la Madre de Dios, el poder de producir eficazmente la gracia sobrenatural, que es exclusivamente de Dios. Ella, sin embargo, al aventajar a TODOS en SANTIDAD y en unión con Cristo y al ser llamada por Cristo a la obra de la salvación de los hombres, nos merece de congruo, como se dice, lo que Cristo mereció de condigno y es Ella, ministro principal en la concesión de gracias. Cristo está sentado a la derecha de la majestad en los cielos; María a su vez está como reina a su derecha, refugio segurísimo de todos los que están en peligro y fidelísima auxiliadora, de modo que nada hay que temer y por nada desesperar con ella como guía, bajo su auspicio, con ella como propiciadora y protectora.” Encíclica: AD DIEM ILLUM LAETISSIMUM del Papa San Pio X

La Santísima Virgen por méritos de su Hijo y por su participación, ofrecida por Dios a ella; se nos ha adelantado a la patria celestial. Ella goza de todas las gracias prometidas por Él y así como fue la que administró a Jesus hombre al mundo, es ella quien administra las gracias divinas de su Hijo resucitado, que está sentado a la derecha del Padre . Tiene todo el sentido buscar el nombre de la parte del cuerpo más cercana a la cabeza y por la cual el cuerpo se une a ella y utilizar este termino, no como sustantivo, sino como adjetivo; para describir el importantísimo trabajo y misión de nuestra Santísima Madre. Es que hasta por el cuello baja el alimento hacia el cuerpo; así de la misma manera bajó nuestro Señor Jesucristo al mundo teniendo por Madre a la Virgen Maria.

¿Qué te une a tu Madre Iglesia? ¿Qué te ha estado manteniendo en la Iglesia? ¿Serán los pequeños milagros y favores que Dios te ha concedido? ¿Será el satisfacer el sentimiento de responsabilidad y compromiso?

Te invito a que observes la vida de nuestra Madre y como la llevó hasta los pies de la Cruz. Te invito que observes la vida de todos los Santos y verás, que los que los unió, al cuerpo de Cristo o sea a su Iglesia, fue la renuncia a ser ellos mismo para comenzar a ser parte esencial del cuerpo de Cristo (Iglesia). Fueron como la Santisima Virgen: “Hágase en mi según tu palabra” Lucas 1:38.

Que el Señor nos conceda el poder decir con Maria “hágase” y que nos demos cuenta, que solo vaciando nuestro jarro, el Señor podrá llenarlo del agua que solo viene de Él. Juntos con Maria ( el cuello), quien está sentada al derecha de Jesús, podremos al Igual que le sucedió a San Juan llegar a los pies de la Cruz.

Ora por mí que estaré orando por ti.

En Cristo, Luis Roman

¡Santa Maria Ora Pro Nobis!

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