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¿Cuál es la manera correcta de recitar la oración del GLORIA?

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Una pregunta muy común entre cristianos es como se debe de recitar el Gloria. ¿Se debe recitar Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo o sin repetir “gloria”?

En el Canto que Toda la creación alabe al Señor (Daniel 3, 57-88. 56), compuesto por san Francisco de Asís, que normalmente se recita en las laudes del domingo, de la primera semana y en las solemnidades de la liturgia de las horas, encontramos: “Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo: Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos”.

Se dice que San Dámaso, fue el que introdujo en las oraciones de los católicos el “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén”. Él fue elegido Papa en el año 366.

Ésta es una de las oraciones doxológicas oficiales de la Iglesia, es la que aparece en todos los libros litúrgicos y que por tanto, debemos tener en cuenta,  que no puedes ser cambiada o alterada.

El Gloria Patri es una oración cristiana de carácter trinitario, rezada desde los inicios del cristianismo,​ que se añade al final de la recitación de algunos salmos, en el término de cada misterio del rosario o para completar el tríptico piadoso padre nuestroavemaría-gloria.

Es una doxología, a la que también se conoce con el nombre de doxología menor, para distinguirla de la doxología mayor o Gloria in excelsis Deo.

Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculorum. Amen.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Son palabras que dan gloria y alabanza a la Santísima Trinidad y expresan una unidad que no se debe separar o desconocer.

El dar “gloria” por separado a cada una de las tres divinas personas puede inducir al error, porque separa la unidad trinitaria, o porque se jerarquiza una alabanza, o porque puede dar la impresión de estar dirigiéndonos a tres deidades.

San Pablo le da gloria a Dios, sin darla a las tres divinas personas por separado (Romanos 11, 36; Gálatas 1:5; Efesio 3: 21; Romanos 16: 27;).

El mismo principio aplica, cuando comenzamos la Santa Misa o cualquier otra oración. Nosotros nunca decimos; en el nombre del Padre, y en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo, o cuando recibimos la bendición por parte del sacerdote, no escuchamos; y la bendición de Dios todo poderoso padre, todopoderoso Hijo y todopoderoso Espíritu Santo”, o en el bautismo tampoco se dice; yo te bautizo en el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo”, así tampoco podemos decir “Gloria al Padre y gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo”.

Fuente:  Henry Vargas Holguín  y Catecismo de La Iglesia Católica

En Cristo; Luis Roman

Santa Maria Ora pro nobis