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¿Qué es más importante, el interior o el exterior?

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Una pregunta muy común entre cristianos y que causa debates, es determinar si lo más importante es lo que hacemos de afuera (exterior) o lo que llevamos dentro o sea en nuestro corazón (interior).

Me gustaría comenzar con las siguientes preguntas:

¿Cuál es el tipo de cristianismo que vives? ¿El cristianismo que se puede ver desde el exterior o el que habita en el corazón?

No sé cuál es tu respuesta, pero si vives solo el cristianismo exterior; ese que podemos ver, porque asistes a la Iglesia múltiples veces, o porque haces tus oraciones diarias. El que vemos por la forma en que te viste y por el tiempo que le dedicas a la lectura de las Sagradas Escrituras, déjame decirte que espero que continúe haciendo todo estos actos exteriores pero no olvides hacerlos también con el corazón (interior).

Jesucristo decía: “No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre” Mateo 15:11.

Estas palabras nos dicen que lo que tiene nuestro corazón, es lo que vamos a demostrar por afuera. Así que espero que todo lo que haces para el Señor, lo hagas de todo corazón y lo hagas por amor. Lo que se lleva en el corazón es extremadamente importante y debe ser en donde el Señor te brinda la fuerza para hacer tus acciones exteriores. Quisiera decirte que debes de seguir actuando con tu exterior como si fueras otro Cristo.

Jesus es el mejor modelo de inspiración para la humanidad y El entregó lo que pocos entregan (La vida). Él fue al lugar donde nadie quiere ir y entregó su vida, no para Él, sino por ti y por mí. No hizo su voluntad, sino que hizo la voluntad del Padre.

Nuestro Señor se hizo pobre, siendo Él la riqueza más grande que existe. Se hizo alimento, siendo Él alimento bajado del cielo y fue perfecto como su Padre que está en el cielo. Así que debemos de seguir su ejemplo completamente.

Jesús siempre se dispuso a cumplir con las tradiciones judías y nunca criticó a los fariseos por seguir sus prácticas exteriores; sino que criticó su corazón y su hipocresía. Así que como cristiano, estas llamado a ser un Cristo vivo y de la única forma que se demuestra, es con tus acciones de afuera (exteriores), con tus ofrendas, con el tiempo que le dedicas a las cosas del Señor.

Vendran momento en los cuales no vas a tener muchos deseos de seguir, pero debes de recordar, que no se trata de sentir, sino de amar. Debes de actuar como Jesus, con todo el amor hacia Dios y hacia tu prójimo, sin importar si hoy no tienes deseos de amar o no sientes que vale la pena. No te conformes y no dejes que tu egoísmo, que tu mente y tus caprichos corporales controlen lo que debes de hacer exteriormente con amor, aunque te duela.

Por el contrario, si tu respuesta a la pregunta fue que vives un cristianismo solo con el corazón (interior), déjame decirte, que esta es la base para un cambio de vida, pero ese cambio debe de ser real o sea, que debe de ser palpable. Se debe de ver que vives tu cristianismo con el corazón, por la forma en que oras, asistes y sirves a la Iglesia. Se debe de ver que vives tu cristianismo con el corazón, cuando te preocupas por el mínimo detalle de cada evento que se realiza para el Señor. Cuando te arrodillas, o haces cualquier gesto de reverencia en la Iglesia y fuera de ella.

Será visto también,  en cada obra de misericordia y de caridad que haces en tu casa con tus familiares, hijos, cónyuge y amistades. El que vivas tu cristianismo con el corazón no es suficiente. Una fe sin obra es una fe muerta. Una fe que no da frutos es una fe sin vida (Santiago 2:14-17).

Es por esto que todo lo que decimos con la boca debe de ser de agrado a Dios. Mi forma de vestir, en la manera que me presigno (Santa Maria Teresa de Calcuta) y en todo lo demás, aunque parezca exagerado, también debe ser de agrado a Dios. Por eso cuando vemos a alguien que dice que aquello no es nesesario, porque Dios le importa sólo lo que llevamos en el corazón, debemos recordarles la Cruz. En esta vemos a un Dios que nos ama con todo su ser, existencia y divinidad, pero que entregó todo su exterior de la manera más violenta posible. Sólo con el corazón no es suficiente.

“Amaras a Dios con todo tu ser” Deuteronomio 6:5

Los frutos son todo lo que haces; en otras palabras, las obras, estas son las cosas que se pueden ver, sentir, escuchar y percibir por otros. Así que no se trata de hacer obras buena, sino que también debemos de amar con el corazón. Debemos de seguir los mandatos del Señor a tiempo y destiempo y buscar de Él y de su palabra. No podemos servir a dos señores. Las acciones exteriores cuentan. 

Conclusión: Si respondiste a la pregunta de qué tipo de cristianismo vives con una de las siguientes respuestas:

El cristianismo interior (del corazón) o con el exterior (con las obras), estuviste equivocado.

Tenemos que ser cristianos que vivimos nuestra fe con todo nuestro ser. Debemos vivir nuestra fe con el corazón y debemos de vivir nuestra fe con todas las obras y prácticas que nos propone la Iglesia. El cristiano es un servidor del Señor, dentro de su ser y fuera de su ser. El verdadero cristiano da testimonio de su fe con el interior y con el exterior de su vida.

Así que ambos son importantes el exterior y el interior. El exterior es alimentado por el interior y el interior se deja ver con el exterior.

En Cristo; Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis

Recursos:

  • Frases de María Teresa De Calcuta
  • Biblia de Jerusalén
  • Catecismo de la Iglesia católica (1992)