Hoy la Iglesia nos invita a meditar nuestro final deseado. Nos invita a meditar en esa esperanza por la cual vivimos y que se no ha prometido. Hoy miramos a aquellos que heroicamente alcanzaron la santidad, pero también pedimos la intercesión de los miles y miles de santos que por vivir clandestinamente o por tener una vida ordinaria, alcanzaron la santidad, pero la Iglesia no ha podido declararlos como ejemplo a seguir para nosotros la iglesia militante. Ellos celebran con notros y sobre todo notros oramos con ellos hoy y pedimos su intercesión para que Dios tenga misericordia de nosotros. ¡Es un día de Fiesta!
Esta Fiesta fue establecida formalmente por el papa Gregorio IV, en el año 835 dio instrucciones para ello en tiempos de Luis, el Piadoso. Si bien no hay una historia firme sobre el origen de la festividad del 1 de noviembre, se cree que el papa Gregorio IV escogió este día porque coincidía con una de las festividades de los pueblos germanos y durante estos años, el objetivo de la Iglesia era ir eliminando todas las celebraciones paganas. También se dice que este día coincide con el aniversario de la consagración de la Basílica de san Pedro la cual había sido consagrada a todos los santos. En Roma y gran parte de la Iglesia latina se comenzó a celebrar a todos los santos desde mucho antes todos los 1 de noviembre. Cuando el papa Gregorio establece la Fiesta formalmente ya para muchos en la Iglesia latina ese era el día en que siempre habían celebrado esta fiesta.
Una de las dudas que surgen en un día como este es a quién se puede considerar santo. Quizás pueda creerse que santo es algo mucho más importante de lo que es, pero según la Iglesia católica, para ser santo solo hay que hacer una cosa: “participar de la santidad de Dios”. En este sentido, Peter Kreeft, profesor de Filosofía centrado en filosofía católica, asegura que ser santo “no es para gente rara ni excepcional”. “Los santos son el modelo operativo estándar para los seres humanos”, indica. De hecho, siendo más concretos, afirma que en el sentido bíblico de la palabra “todos los creyentes son santos“.
¿Así que como nos pueden escuchar?
Los Santos no son Dioses no son omnipresente y tampoco omnipotente. San Pablo dice: en Filipenses 1:23 “Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor”
San Pablo estaba convencido de que al morir el estaría con Jesus. Si Jesus, es Dios y está en todas partes entonces los santos estarán junto a Él. Por eso pueden oír nuestras oraciones. Los Santos participan en todo con Jesus. Ellos han alcanzado lo que Tomas de Aquino llama la Visión Beatifica.
La siguiente analogía es muy popular y es excelente para explicar este misterio:
Así como los rayos del Sol se sienten en todo lugar donde este el sol, sin ser el Sol, así los santos sin ser Dios como Jesus, pueden llegar como los rayos del sol hacia nosotros.
Jesus dijo: “para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.”
Jesucristo venció la muerte así que esta unión no puede ser rota por ella. Al igual que Jesus después de resucitar que podía pasar paredes y aparecer en diferentes lugares después de resucitado así mismo participan los santos en la gloria celestial
Este es uno de tantos misterios de nuestra fe cristiana pero el sentido común nos puede ayudar a tener un poco de claridad a lo que no podemos entender.
¿Quién no le ha pedido a algún hermano o hermana de la Iglesia que ore por su situación? Las sagradas escrituras nos dicen que solo hay un solo mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5), pero también nos dice en muchísimos pasajes que la oración de dos o más, es efectiva.
- Pedro y Juan oraron por el Tullido(intercedieron) ante Jesucristo y se sanó (Hechos 3:1-8)
- Pablo también oró por otro tullido, no lo mandó a que le pidiera directamente a Jesús. El resultado de esta intercesión de Pablo fue la sanación del tullido (Hechos 14:8-10)
- Jesus sano al siervo del centurión por la fe (intercesión) que el demostró delante de Él. (Mateo 8:5-13)
Jesus prometió que en donde haya dos o más reunidos en su nombre Él se haría presente (Mateo 18:20) y si en la tierra podemos interceder los uno por los otros delante del Señor como no lo vamos a poder hacer si alcanzamos el estar junto a EL, en su gloria y en comunión con El por la eternidad.
El no creer en esto y decir que solo podemos interceder aquí en la tierra es negar que Cristo venció la muerte y que con esto nos alcanzó la vida eterna.
Apocalipsis 5,8 Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos
Apocalipsis 8,4 Y de la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
En Cristo, Luis Roman
Santa Maria Ora pro nobis
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