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Promesa cumplida por cumplirse en nosotros

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Nuestros conocimientos son ahora parciales, hasta que se cumpla lo que es perfecto. Y para que nos hagamos capaces de alcanzarlo, él, que era igual al Padre en la forma de Dios, se hizo semejante a nosotros en la forma de siervo, para reformarnos a semejanza de Dios: y, convertido en hijo del hombre -él, que era único Hijo de Dios-, convirtió a muchos hijos de los hombres en hijos de Dios; y, habiendo alimentado a aquellos siervos con su forma visible de siervo, los hizo libres para que contemplasen la forma de Dios. Pues ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. (san Agustín, obispo (Sermón 194, 3-4: PL 38, 1016-1017)

Debemos tener presente lo que por fe y por las sagradas escrituras se nos ha revelado; que Cristo se hizo hombre, murió en la Cruz y resucito al tercer día. Él se encuentra sentado a la derecha del Padre y prometió que volvería para juzgar a la humanidad. El Adviento es el tiempo de preparación para la venida del Rey a nuestras vidas y al final de los tiempos.

Durante Adviento debemos de meditar cuanto nuestras vidas necesitan de Cristo y de la luz que solo Él nos puede dar.  “La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y el viento de Dios aleteaba por encima de las aguas” (Génesis 1, 1-2).

Sabemos que Dios puso orden a todo lo que existe y que el ser humano por su desobediencia destruyo ese orden. El día de nuestro bautismo o cuando conocimos al Señor por primera vez nuestras vidas fueron ordenada hacia Dios. Así mismo Dios lo prometió “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar” (Génesis 3, 14-15)

“He aquí que vienen días, oráculo del Señor, en que Yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza… Pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” (Jeremías 31, 31.34).

“Miren que vienen días – oráculo del Señor – en que suscitaré a David un descendiente justo, reinará con sabiduría, practicará el derecho y la justicia en la tierra. En sus días estará a salvo Judá, e Israel vivirá en seguro. Y este es el nombre con el que le llamarán: “Yahvé, justicia nuestra” “(Jeremías 23, 5-6).

Al igual que Dios puso un plan de salvación para toda la humanidad, también tiene un plan para cada uno de nosotros como sus hijos. Los mismos eventos que sucedieron antes de su venida están ocurriendo en nuestras vidas. Hemos escuchados sus promesas y sabemos que Él está por venir. Queremos que llegue pronto, para que así habite en nuestros corazones. Pero solo sucederá cuando estemos listos para recibirlo.

Nuestro Dios se hizo hombre en la persona de Jesus, el habita en tu corazón a través de la persona del Espíritu Santo y te dará de acuerdos a tus obras al final de los tiempos.

El Adviento es tiempo de preparación y de espera. Él está por venir, pero no sabemos el día ni la hora. ¿Estás preparado?

“Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva” (Gálatas 4, 4-5).

En Cristo; Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis

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