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¿Qué nos enseña Juan el Evangelista y Apóstol?

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Primero identifiquemos quien era Juan el Evangelista y Apóstol. Juan fue el que corrió con Pedro hacia el sepulcro el día de la resurrección y permitió que Pedro entrara primero a la tumba vacía. (Juan 20:8). Se le llama más de una vez discípulo amado (Juan 21:20, Juan 13:23, Juan 19:26, Juan 20:2, Juan 21:7). Él es a quien Jesus le entrega a Maria como su madre cuando colgaba de la Cruz. Juan fue el único de los doce en el Gólgota. Las escrituras dicen que él estaba reclinado del pecho de Jesus en la última cena. Juan nos dejó un Evangelio, Epístolas y el libro del Apocalipsis. Fue el último en morir de los doce discípulos y no fue Mártir. También Juan estuvo presente junto con Pedro y Santiago en grandes momentos, como la transfiguración y el huerto de Getsemaní.  

San Juan es considerado por muchos un maestro espiritual, pero también un maestro literario. Podemos ver esto a lo largo de su Evangelio, y en las historias que tratan sobre Jesús resucitado. Los capítulos 20 y 21 de su Evangelio contienen un breve compendio de todo lo que es el cristianismo.

“La noche de ese primer día de la semana…” El Domingo de Pascua es el día de la nueva creación. En el primer día de la creación, Dios había dicho: “Hágase la luz”, y ahora, es el día de la Pascua, y quien ha vuelto de la muerte dice: “Yo soy la luz del mundo”. Y esto significa que todo ha cambiado, y todo ha sido recreado (Obispo Robert Barron).

San Juan nos muestra y nos enseña en su evangelio la conexión entre el Antiguo testamento y la figura de todas las promesas cumplidas que es Cristo. En su evangelio Juan comienza de la misma manera que comienza el libro del Génesis, porque para Juan como mencionamos en el párrafo anterior, Jesus es el comienzo de la nueva creación después de resucitado y desde el principio.

Juan nos dice que al principio era la palabra o el verbo y la palabra estaba ante Dios y la palabra es Dios. Continúa diciendo que el verbo estaba con Dios en el principio y que, a través de Él, se hizo todo y que nada llego a ser sin Él. Todo fue hecho en El y Él es la luz para los hombres. Luego Juan afirma, como las tinieblas no quisieron recibirlo. Juan especifica que ni los suyos lo recibieron, pero que a los que lo recibieron les dio la capacidad para ser hijos de Dios. Más adelante dice que la palabra (el verbo) se hizo carne y habito entre nosotros.

San Juan nos da una lección en este capitulo sobre la segunda persona de la Santísima Trinidad. Esa Persona es el Verbo hecho carne, quien fue llamado Jesus, que significa “Dios con nosotros”. El misterio de la Trinidad es incomprensible. Juan nos dice que ya Jesus era en el principio o que siempre ha existido, porque Él es de la misma sustancia o esencia de Dios. Cuando leemos el Génesis, sabemos que lo único que tuvo que hacer Dios para que toda la creación se formara, fue hablar. En otras palabras, el Verbo (su palabra) es el comienzo de todo. El Verbo es el poder Dios manifestado entre nosotros y en nosotros. Ese mismo verbo es Jesus, quien se hizo hombre y habitó entre nosotros.

Juan nos dice también que Jesus fue aquel que fue rechazado, porque siendo la luz dejo ver nuestras faltas y pecados. Para unos fue motivo de arrepentimiento y conversión, pero para otros fue motivo de rechazo y odio hacia la luz misma.

Sobre aquellos que creyeron y creen en Jesus; nos dice Juan que se le concedió el título de Hijos de Dios. Así que antes de Cristo éramos criaturas de Dios, pero por Cristo a través del signo o sacramento del Bautismo nos convertimos en Hijos de Dios. Solo el verbo al igual que se observa en el Génesis puede crear, regenerar, cambiar, mover y moldear lo creado. Solo a través del verbo nosotros como criaturas de Dios somos exaltado a Hijos de Dios. En los versículos 12 y 13 nos dice San Juan; “Al creer en su Nombre han nacido, no de sangre alguna ni por ley de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que han nacido de Dios.” 

Juan afirma una vez más y nos muestra que Jesus es el mismo Dios del Génesis.  Mostrando así su poder divino y autoridad, pero también dejando a la luz su humildad y amor por nosotros.

El nuevo Adam y la nueva Eva

En el evangelio de San Juan se menciona la frase “al día siguiente” tres veces en el capítulo 1; que por su manera de comenzar y describir como era en el principio nos recuerda la narración de la creación del libro del Génesis. Luego San Juan dice al comienzo del capítulo 2 “tres días más tarde se celebraba una boda en Cana de Galilea”. Aquí san Juan nos presenta un total de seis días. Debemos siempre tomar en cuenta que los autores de las sagradas escrituras utilizaban símbolos y números para presentar un mensaje conjuntamente con el que ya está presentado literalmente.

¿Qué sucedió en el sexto día de la creación? Adam y Eva fueron creados y se convirtieron en la primera pareja. En otras palabras, el primer matrimonio. No es accidente que en el sexto día en el Evangelio de San Juan se encuentren Jesus y Maria en una Boda. Es aquí donde vemos a la nueva Eva intercediendo por los novios porque se les había terminado a ellos el vino. Maria (la esposa del Espíritu Santo) al contario de Eva, con sus palabras incita a Jesus (Dios hecho hombre) a hacer el primer milagro de su vida pública. Todos los milagros hechos por Jesus fueron para gloria de Dios. En cambio, en el Génesis tenemos a Eva quien con sus palabras le ofreció a Adam del fruto prohibido y llevo a la humanidad a la maldición.

Eva siguió sus deseos de ser igual a Dios y actuó según la voz del mundo, de la serpiente y del pecado. En cambio, Maria se sometió a la voluntad de Dios y les dijo a los sirvientes de la boda y nos dice a ti y a mi “Hagan lo que Él les diga” San Juan 2:5

 “En Caná, merced a la intercesión de María y a la obediencia de los criados, Jesús da comienzo a ‘su hora’. En Caná María aparece como la que cree en Jesús; su fe provoca la primera ‘señal’ y contribuye a suscitar la fe de los discípulos” (San Juan Pablo II, Redemptoris Mater, 21). Es San Juan el Apóstol quien nos enseña está dimensión de la misión de María como la nueva Eva.

La Eucaristía

En el Capítulo 6 de su evangelio, Juan comienza con la narración de la multiplicación de los panes y los peces y como nuestro Señor se preocupa por darnos el alimento de cada día. También se puede observar como utiliza a los apóstoles y los recursos que se consiguieron del gentío (el muchacho con los 5 panes y 2 peces); que según San Juan eran unos cinco mil hombres. Con esta introducción Juan nos enseña como el Señor siempre nos proveerá el alimento o el pan de cada día. Luego Juan nos muestra en el mismo capítulo a Jesus caminando sobre las aguas que no estaban tranquilas, sino que formaban grandes olas porque había una tormenta. El evangelio nos muestra al único que puede controlar los elementos y nos revela que nuestro Señor es el dueño de las leyes físicas y de la naturaleza. El agua no tiene la composición para soportar el peso de un hombre y aunque se ve liquida nuestro Señor caminaba sobre ella como si fuera una superficie sólida. Muy parecido a lo que El realiza en cada Misa con el pan y vino; que no dejan de verse como son, pero dejan de ser para convertirse en algo completamente diferente. Luego en los siguientes versículos comienza la catequesis por parte de nuestro Salvador al decirles a los que lo seguían buscando más panes y peces; “Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre. “Juan 6:26-27

Luego la importancia de la Eucaristía es manifestada y puntualizado por Juan en este hermoso capitulo que establece, que sin Eucaristía no hay salvación.

  • “El que coma de este pan vivirá para siempre”
  • “En verdad les digo que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día”
  • “Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí”

Ver EVANGELIO de Juan: 6: 51-67

No hay mejor manera de recordar a San Juan Apóstol y Evangelista que leyendo su evangelio. El nos muestras quien es el verbo de Dios, el misterio del nuevo Adam y la nueva Eva y la importancia de la Eucaristía.

Te exhorto a que leas este evangelio y medites en cada palabra que fue escrita por este Apóstol de Cristo.

En Cristo, Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis