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¿Que aprendemos de La Sagrada Familia?

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Jesús escogió vivir y pasar la mayor parte de su vida terrenal con José y María. Hizo esto para revelar el plan de Dios de hacer que todas las personas vivan como una “santa familia” en Su Iglesia (2 Corintios)

En la Sagrada Familia compuesta por Jesús, María y José, Dios revela nuestro verdadero hogar y mision. Debemos vivir como sus hijos, “elegidos, santos y amados”, como lo dice Eclesiástico capítulo 3.

Los hogares felices son el fruto de vivir en fidelidad con el Señor. Éste es el camino de la santidad, que debemos practicar en nuestra IGLESIA doméstica con cada miembro de la familia. A través de nuestras obligaciones y tareas diaria, nuestras familias se convierten en la familia de Dios. Familias que darán testimonio al mundo y que también experimentarán el gozo y alegría, que a pesar de los problemas y retos, Dios ofrece a tiempo y a destiempo.

Jesús nos muestra esto en el evangelio de este fin de semana (Domingo 30 de Dic 2018). Su obediencia a sus padres terrenales, es reflejo de su obediencia a la voluntad de su Padre celestial. Es que no podemos ser buenos hijos, sino somos fieles al Padre Celestial. El texto enfatiza los roles de cada miembro. En el caso de José y María el autor (san Lucas) no menciona sus nombres, sino que dice “los Padres de Jesus”. Estos vínculos se enfatizan solo para que Jesús, en las primeras palabras que Él habla en el Evangelio, pueda indicarnos más allá de esa relación terrenal con la paternidad de Dios. San Lucas nos muestra a un Jesús que se somete a sus padres terrenales. De esta manera nos da el ejemplo a seguir. Jesús es el hijo de Dios ocupado con las cosas de su padre celestial, pero obediente a sus padres terrenales. Tengamos en cuenta que posiblemente ésta es la primera vez que Jesús expresa a sus padres su misión de una manera explícita, sin embargo esto no quiere decir que José y María no sabían nada, sino tan sólo que no entendían el como iba a realizarla.

Algunos podrán decir que pareciera que Jesús se quería escapar para hacer la voluntad de Dios, pero eso no es lo que sucede aquí. Jesús le muestra a sus padres su respeto, pero manifiesta también su fidelidad a la voluntad de su Padre del cielo.

El templo que se menciona en el Evangelio de hoy es la casa de Dios, su morada (Lucas 19:46). Pero también es una imagen de la familia de Dios, la Iglesia(Efesios 2: 19–22; Hebreos 3: 3–6; 10:21).

Nuestra familias y nuestro hogares deben ser ese templo de Dios a imagen de la Sagrada Familia. José brindó protección y sustento a María y a Jesús, pero también su dedicación y amor. María cuidó de José hasta su muerte y estuvo al lado de Jesús por todo el camino hasta al pie de la Cruz. Maria a pesar de tener un hijo perfecto tambien sufrió como Madre. Jesús siendo Dios se sometió a ellos y les brindó alegrías y la oportunidad de ser padres. El también como hijo cuidó de María hasta su muerte y se la llevó en cuerpo y alma después de resucitado.

Es esto exactamente lo que debemos hacer con nuestras familias. Amarnos siempre buscando el bien del otro y siempre dispuestos a perdonar y a pedir perdón.

En Cristo, Luis Román

Santa María ora pro nobis