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Dios se podría comparar con un imán

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Nuestro Señor llamó a cada uno de los discípulos, a Zaqueo, y a muchos más. Todos, cambiaron su forma de vivir, para seguir la voluntad de Dios.

Mientras más cerca estaban del Señor, en su corazón crecía un ardor. Esto se nos dice de los discípulos de Emaus, cuando se les presenta el Señor resucitado. Lo mismo sucede con María Magdalena, cuando lo confunde por el jardinero en las cercanías del sepulcro. Justo cuando lo reconocen, entonces saben que hacer. En otras palabras hacen lo que Él les había pedido.

Con los Apóstoles sucede también lo mismo. Nos cuentan los evangelios que estaban triste y que Pedro y los otros se fueron a pescar. Pescadores de peces en el mar, eran estos hombres, antes de conocer a Cristo y por el miedo a los judíos y la certeza que tenían de que Jesús había muerto, se encuentran ahora donde se encontraban antes. Luego, se les presenta el Señor y ahora de nuevo, tienen el norte frente a ellos.

Como último ejemplo, me gustaría usar el episodio, cuando Jesús caminaba por la aguas y Pedro con el permiso y ayuda del Señor, comienza a caminar también por las aguas. Comenzaron a moverse las aguas y los truenos sonaban y Pedro perdió el enfoque hacia Jesús y comenzó a hundirse.

Todos estos ejemplos, muestran que cuando no estamos fijados en el Señor o alejados de Él, no hacemos su voluntad. En otras palabras, se nos hace más difícil y en algunos casos puede ser imposible.

Cuando un objeto de metal está muy distante no es atraído por el imán. Para poder colocar el objeto cerca del imán, se requiere esfuerzo y tiempo, pero después que está cerca del imán, es como si el objeto comenzara a moverse por sí mismo hacia el imán. Tú y yo sabemos que después de que el objeto está cerca del imán, ya no es el objeto quien se mueve hacia el imán, sino que es el imán mismo que lo atrae hacia él.

Así que mientras más cerca estemos de Dios, más fuerza tendremos, no porque seamos mejore o porque seamos más fuertes, sino porque Él ha comenzado a habitar en nosotros. ¡Ya no eres tú, sino que es ÉL quien vive y actúa en ti! (Gálatas 2:20)

Así que, aunque no se sienta bonito, o no tengas deseos, mantente cerca de Dios. Haz tus oraciones, no dejes de ir a la Santa Misa y sigue leyendo las Sagradas Escrituras. Rodéate de personas que siguen a Cristo y que aman la Sana Doctrina. Es como comenzar una rutina de ejercicios. Es mucho más fácil, cuando lo hacemos en grupo o acompañados porque nos ayudamos los unos a los otros. Muchas veces El imán, quien es Dios, manifiesta su fuerza a través de otros

“Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.”  Lucas 10:1

Extraido de mi libro “Mana De Aliento Para El Cristiano”

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En Cristo; Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis