Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre su hijo Isaac; y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Así que fueron ambos juntos. E Isaac le dijo a su padre Abraham: “¡Mi padre!” Y él dijo: Heme aquí, hijo mío. Dijo: He aquí el fuego y la madera; pero ¿dónde está el cordero para una ofrenda quemada? “Abraham dijo:” Dios se proveerá a sí mismo el cordero para una ofrenda quemada, hijo mío”. Así que fueron a los dos juntos. Génesis 22:8-10
En relato del Génesis, la Fe de Abraham es puesta a prueba. No cabe duda que este texto prefigura el sacrificio del único hijo de Dios y como el amor de nuestro Dios iba a ser revelado.
- 1. Pone la madera sobre Isaac. Las escrituras nos dicen que Isaac subió al monte con la madera al hombro. Esta madera iba a ser utilizada para el sacrificio. En ella se iba a quemar el cuerpo de Isaac para poder ofrecerlo según el antiguo ritual
En el Nuevo Testamento vemos a Cristo con la cruz a cuesta. Esta Cruz hecha de madera, que va hacer el medio, por el cual Cristo será muerto. En la Cruz, el fuego que viene de Dios, o sea la Ira de Dios, será descargada. Quiero hacer la aclaración, que la ira de Dios no es en contra de la humanidad y mucho menos en contra de su hijo, sino que es en contra del pecado. Jesus hace también el papel de sacerdote y al decir las palabras “padres en tus, manos encomiendo mi espíritu”, hace efectivo el sacrificio. Cristo como cordero muere en el madero, y como prueba de esto, el centurión traspasa el costado de Cristo con una lanza.
Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham construyó un altar allí, puso orden en la madera, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, sobre la madera. Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para matar a su hijo. Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham, Abraham!” Y él dijo: “Aquí estoy”. Él dijo: “No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada; porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has negado a tu hijo, tu único hijo. “Abraham levantó los ojos y miró, y he aquí, detrás de él había un carnero, atrapado en un matorral por sus cuernos.; Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. (Génesis 22: 6-13)
- 2. Sacrificio humano (el sacrificio animal es insuficiente). Definitivamente, este punto es un paralelo perfecto con el sacrificio que iba a proveer Dios por nosotros. Jesus además de haber sido 100% Dios, también fue 100% hombre. Su madre la Santísima Virgen fue humana. Esto nos permite ver que sí fue un sacrificio humano el ofrecido por nuestro pecado.
Isaac era el único hijo de Abraham. Jesus es el hijo único de Dios. El padre de Isaac estaba dispuesto a entregar a su hijo. Dios Padre también tuvo la misma disposición. Ambos hijos fueron obedientes a sus padres y aceptaron su voluntad.
- 3. Dios acepta temporalmente el sacrificio de los animales como sustituto. Como muestra de esto el mismo provee un novillo para que Abraham lo matara en lugar de Isaac. En Jesus se nos da un sustituto eterno y es por esto que ya no hay necesidad de sacrifico de animales. El mismo Dios provee también los recursos del cielo y de la tierra para que así podamos consumir el sacrifico en las especies de Pan y Vino.
- 4. Dios le otorga un pacto a Abraham por su disposición a sacrificar a Isaac. Hoy Dios nos otorga el perdón de los pecados cuando estamos dispuestos a participar del único sacrificio que hizo falta por parte de Dios y hecho por parte de Cristo. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz proclamamos su muerte hasta que vuelva.
- 5. Hebreos declara que Abraham creyó que Dios resucitaría a Isaac.
17 Por la fe, Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac, y el que había recibido las promesas estaba listo para ofrecer a su único hijo, 18 de los cuales se dijo: “A través de Isaac se llamará tu descendencia.” 19 Consideró que Dios pudo levantar a los hombres incluso de entre los muertos; por lo tanto, él lo recibió de vuelta, y esto era un símbolo. (Hebreos 11: 17-19)
Así mismo también, resucitó nuestro Señor y fue exaltado y devuelto al Padre en cuerpo y divinidad. Ahora Él reina, a la derecha del Padre por los siglos de los siglos. Amen.
En Cristo, Luis Roman
Santa María ora pro nobis