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Cúmplase la Ley, pero no por medio de los que la quebrantan

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Jesus vino al mundo a mostrar la Misericordia Divina de Dios. La misericordia de Dios había sido un tema olvidado por los maestros judíos, que a menudo le daban mayor importancia a la justicia con todo el peso de la ley.

Jesus dijo “No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas” Mateo 5:17. Nuestro Señor vino a darle sentido y a mostrarnos para que existen los mandatos de Dios y por consecuencia la ley. La ley humana debidamente ordenada con la ley Divina debe de llevarnos a un cambio hacia el bien.

En el episodio de la mujer adúltera; escogido por muchos como uno de los eventos que deja ver que Jesus es todo misericordia, San Agustín comenta; “no dijo no sea apedreada, para que no pareciese que hablaba contra la Ley. Tampoco dijo sea apedreada, porque había venido, no a perder lo que había encontrado, sino a buscar lo que se había perdido. ¿Pues qué responderá? “El que entre vosotros esté sin pecado, tire contra ella la piedra el primero”. Esta es la voz de la justicia. Sea castigada la pecadora, pero no por los pecadores. Cúmplase la Ley, pero no por medio de los mismos que la quebrantan”. San Agustín, in Joannem, tract. 33

La Misericordia y la Justicia por parte de Dios van juntas de la mano. Nuestro Señor vino a buscar a los que estaban perdidos, pero no vino a aprobar lo que hacían y no les permitía ser encontrados. Es por esto que le pide a la adultera y a otros ‘no peques más”. Fíjate como debido a la ley, la adultera se encuentra con la Misericordia del Señor. Nuestro Señor es el único libre de pecado para hacer un juicio y para muchos parecerá que Jesus no emitió juicio alguno, pero esto no es cierto, la sentencia para la adultera fue vete y no peques más. Más le vale al alma que escucha estas palabras seguirlas y obedecerlas.

San Agustín haces las mismas preguntas “¿Qué es esto, Señor? ¿Fomentas los pecados? No, en verdad. Véase lo que sigue: “Vete, y no peques ya más”. Luego el Señor condenó, pero el pecado, no al hombre. Porque si hubiese sido fomentador del pecado, hubiese dicho: “vete, y vive como quieras; está segura que yo te libraré; yo te libraré del castigo y del infierno, aun cuando peques mucho”. Pero no dijo esto. Fíjense los que desean la mansedumbre en el Señor, y teman la fuerza de la verdad, porque el Señor es dulce y recto a la vez (Ps 24,8)” 

La dulzura del Señor es manifestada en su Misericordia y la rectitud de Nuestro Señor es manifestada en su Justicia.

Que ojalá por las gracias concedidas a través del Espíritu Santo podamos realmente valorar la misericordia de Dios, pero sin olvidarnos que Jesus es el único que nos puede juzgar y que así lo hará. El como juez nos ha dado la ley la cual nos libra del castigo y nos guía por el sendero de la vida. Sin importar lo que hayamos hecho, nuestro Señor nos dice hoy, “Vete y no peques más” ¡bendito sea Dios!

En Cristo; Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis