El catecismo Mayor del Papa San Pio X (1905) dice que La Confirmación es el Sacramento en que recibimos la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, Dios Espíritu Santo.La Confirmación aumenta en nosotros la Gracia del Bautismo, y nos vuelve valientes Y verdaderos cristianos y nos hace soldados de Cristo.
Sabiduría.
9, 17
“Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y
no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?”
En el
libro de Hechos de los Apóstoles, capitulo 8, 14-17 nos narra:
“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había
aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y
oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había
descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el
nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu
Santo.”
Dos aspectos importantes de este pasaje:
- Hay una necesidad: Los de Samaria ya estaban bautizados, pero no habían recibido el Espíritu Santo. En otras palabras, las gracias dadas por el Bautismo necesitan ser activadas y los creyentes ser enviados por el Espíritu Santo (Pentecostés).
- No podían pedir el Espíritu Santo los mismo que Bautizaron a los de Samarias, sino que tenían que ser uno de los apóstoles. Por eso vemos que buscaron a Pedro y Juan; ellos son a los que la Iglesia llama hoy Obispos y ellos son lo únicos, que pueden imponer las manos y pedir el Espíritu Santo (confirmarlos). Hoy siguiendo a los apóstoles y a los primeros cristianos todavía se hace de la misma forma.
Otros pasajes son los siguientes:
Hechos.
13, 2-3
“Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu
Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.»
Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les
enviaron.”
Hecho.
19, 1-6
“Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a
Éfeso donde encontró algunos discípulos; les preguntó: «¿Recibisteis el
Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros
no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.» Él replicó: «¿Pues
qué bautismo habéis recibido?». «El bautismo de Juan», respondieron. Pablo
añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que
creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» Cuando oyeron
esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y, habiéndoles Pablo
impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar
en lenguas y a profetizar.”
2 Corintios.
1, 21-22
“Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos
ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en
nuestros corazones.”
Efesio.
1, 13
“En Él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio
de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la Promesa,”
Hebreo.
6, 1-2
“Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémonos a
lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las
obras muertas y de la fe en Dios; de la instrucción sobre los bautismos y de la
imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio
eterno.”
Los católicos nos confirmamos porque siempre ha sido lo que la Iglesia ha hecho desde su comienzo con los Apóstoles. Nunca olvides que nos confirmamos ante Cristo como sus soldados, pero también es Él quien con su poder nos confirma, en otras palabras, nos envía como en Pentecostés a predicar la Buena Noticias a todas las naciones.
En Cristo; Luis Roman
Santa María ora pro nobis