La fiesta judía de Pentecostés convocó a todos los judíos devotos a Jerusalén, para celebrar su nacimiento como el pueblo escogido por Dios en la Ley dada a Moisés en Sinaí (Levítico 23:15–21 y Deuteronomio 16: 9–11). Esta ley fue escrita en tablas de piedras. En la primera lectura de este Domingo de Pentecostés, se nos narra cómo recibieron el Espíritu Santo, María y los apóstoles (Hechos 1:14) y como la ley de Dios ahora está escrita en nuestros corazones.
Así lo profetizó Jeremías 31:33 “porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días–declara el SEÑOR–. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
Es esto lo que nos hablaba las antiguas escrituras y San pablo nos recuerda estas promesas (2 Corintios 3: 2–8; Romanos 8: 2)
Entonces, gracias al Espíritu Santo, se nos brindan los dones y carismas, para entonces así poder servir al Dios Trino. “A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, que da a cada uno como quiere.” (1Cor 12,8-11).
El profeta Isaías ya profetizaba estos dones al decir sobre el Mesías: “Sobre él reposará el Espíritu de Yavé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yavé y para respetarlo,”
El Espíritu se muestra como un viento fuerte (Hechos 2: 1–11). Esto nos recuerda el relato del Génesis, que, al principio, el Espíritu vino como un “viento poderoso” que se extendía sobre la faz de la tierra (Génesis 1: 2). Hoy en la nueva creación de Pentecostés, el Espíritu aparece como “un viento fuerte” para renovar la faz de la tierra.
También en el Génesis se nos dice que Dios creo al hombre del polvo, sopló y lo llenó con su Espíritu (Génesis 2: 7). Hoy Jesus sopla sobre los apóstoles el Espíritu Santo y a través de la tercera persona, el Dios Trino ya revelados a los hombres le da nueva vida y les da las fuerzas para ir a predicar el Evangelio, a todos, y enseñar los mandatos del Señor.
“Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió” Juan Capitulo 14
Hoy podemos ver que la promesa del Espíritu Santo ha sido cumplida por parte de Dios. Jesus hombre cumplió al rogarle al Padre por el Paraclito y El Padre en el Hijo y el Hijo en el Padre, cumplieron también su parte de la promesa. Hoy nosotros estamos llamados a cumplir nuestra parte, que es la de escuchar al Paráclito, que nos recordará todo lo que dijo Jesus. Debemos ser fiel a sus mandatos y a su palabra, es ésta, la única manera de mostrar nuestro amor al Padre, al Hijo y a Espíritu Santo.
Aquí les comparto unos recursos en audio y video sobre Pentecostés y el Espíritu Santo.
¡Feliz Fiesta de Pentecostés!
En Cristo Luis Roman Santa Maria ora pro nobis
Foto/ Pintura – Museu de Alberto Sampaio. Pintura representando o Pentecostes. Pertenceu à capela da antiga (Artista desconocido entre 1540-1550