≡ Menu

No se puede decir: “yo no puedo amar.”

Suscribete
Suscribete
Siguenos
Twitter
Visit Us
Follow Me
RSS

Nuestro Salvador y Señor Jesucristo, cuando caminó en la Tierra dijo; “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5,44). Esto lo dijo para mostrar como debemos amarnos y como debemos a amar al próximo (prójimo).

Cuando caemos en el pecado nos convertimos en enemigos de Dios, porque no seguimos sus mandato y deliberadamente o inconscientemente actuamos en Su contra. No podemos olvidar que todo acto bueno o malo tiene un efecto y consecuencia en nuestra persona. Todos estamos obligados a amarnos, especialmente a nosotros mismos. Cuando estamos en pecado, a pesar de ser enemigos de Dios o estar manchados, es cuando aún más se desborda la Misericordia de Dios. La única condición para recibirla es estar arrepentidos y querer enmendar lo dañado. Esto es amar al enemigo, que somos nosotros mismos debido al pecado.

La misma regla aplica a los demás. Debemos amar a los que profesan y comparten nuestra fe, pero también debemos amar a los que la detestan. Amar al enemigo no es estar de acuerdo con elllos, sino que es tener Misericordia y Caridad para mostrarle a Cristo atraves de nuestra vida. Estamos llamados a evangelizar al mundo entero y la única condición que nos pide el Señor, es que lo hagamos con Amor. Nunca digas yo no puedo amar de esa forma, sería como no creerle a Jesús.

“Queridos hermanos, nadie puede dispensarse de amar a los enemigos. Alguien me puede decir: “Yo no puedo ayunar, no puedo orar durante la noche.” ¿Se puede decir: no puedo amar? Uno puede decir: “No puedo dar todos mis bienes a los pobres y servir a Dios en un monasterio”, pero no se puede decir: “yo no puedo amar.” Tú me dirás: “Yo no me puedo privar de los bienes y de los alimentos.” Yo te lo creo, pero si tú dices que no puedes perdonar a los que te han hecho daño, no te lo creo en absoluto. No tenemos ninguna excusa de no hacerlo porque debemos cumplir esta limosna sacándola no del tesoro de nuestros bienes sino de nuestro corazón. Amemos, pues, no solamente a los amigos sino también a los enemigos… Pero tú me dirás: “Mi enemigo me ha hecho tanto mal que de ninguna manera le puedo amar.” Tú miras lo que te hizo este hombre y no miras lo que tú has hecho a Dios. ¡Examina atentamente tu conciencia: tú has cometido sin darte cuenta muchas más faltas contra Dios que un hombre haya cometido contra ti. ¿Con qué osadía esperas, pues, que Dios te perdone lo mucho cuando tú no perdonas lo poco?” Sermón 223, 3.6 San Cesáreo de Arlés

En Cristo Luis Román

Santa María ora pro nobis