San Pablo nos dice «De modo que quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Así, pues que cada cual se examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su condenación» (1 Corintios 11,27-29).
El Concilio de Trento, en el Decreto sobre la Eucaristía especifica la obligación de no comulgar en estado de pecado mortal. «Ahora bien, la costumbre de la Iglesia declara ser necesaria aquella prueba por la que nadie debe acercarse a la Sagrada Eucaristía con conciencia de pecado mortal, por muy contrito que le parezca estar, sin preceder la confesión sacramental. Lo cual este santo Concilio que perpetuamente debe guardarse aún por parte de aquellos sacerdotes a quienes incumbe celebrar por obligación, a condición que no les falte facilidad de confesor. Y si, por urgir la necesidad, el sacerdote celebrare sin previa confesión, confiésese cuanto antes» (Denzinger 880).
«Quien tiene conciencia de estar en pecado grave, debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar» (Catecismo de la Iglesia Católica 1385) y «el que quiere recibir a Cristo en la comunión eucarística debe hallarse en estado de gracia» (CEC 1415), siendo sacrilegio y por supuesto pecado grave la recepción indigna de la Sagrada Eucaristía (CEC 2120).
Así que la respuesta a la pregunta, de si se puede comulgar en pecado mortal con la intención de confesarse luego, es un rotundo NO. No podemos comulgar en pecado mortal. El único medio para reconciliarnos con Dios es en el confesionario. Luego de estar reconciliados con Dios, entonces podemos participar del banquete del Señor. No olvidemos, que la Eucaristía es la comunión con Dios. Es por esto que también se le llama el sacramento de la comunión, porque es una común unión con Cristo. El Perdón y la misericordia, la recibimos en el sacramento de la confesión o reconciliación.
Si tu sacerdote te ha dicho lo contario, por favor habla con él sobre el tema, porque está equivocado según lo que nos enseña las Sagradas Escrituras y la Santa Madre Iglesia.
Cristo no tan solo quiere que lo sigamos, sino que quiere ser uno con nosotros.
En Cristo, Luis Roman
Santa Maria ora pro nobis
Foto: Marcantonio Franceschini (1648–1729) Blue pencil.svg wikidata:Q2543592 The Last Communion of Saint Mary of Egypt