San Pedro en su primera carta Capitulo 1 versículo 2 dice: “No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.
El Papa Benedicto XIV (1740-1748) ordenó la Misa y el oficio en honra a la Sangre de Jesus, que fue extendida a la Iglesia Universal por decreto del Papa Pio IX (1846-1878).
“Esta es mi sangre, sangre de la Nueva Alianza, derramada por muchos hombres en remisión de los pecados” (Mateo 26, 28).
“El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna“; son algunas de las palabras, que pronuncia el Sacerdote al ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa.
Es que con una sola gota hubiese bastado, porque la sangre de Nuestro Señor es pura divinidad y también es pura y santa en su humanidad. Nuestro Señor, para mostrarnos su amor decidió derramarla toda. De esta manera nos mostró como debíamos de amar a todos. El amar a media no tiene valor. Debemos entregarnos por completo, primero a Dios y luego al prójimo. Siguiendo el ejemplo de Nuestro Salvador debemos de derramar nuestra sangre, si es necesario.
Jesus derramó toda su sangre, no porque fuese necesario, porque para Dios nada es necesario, lo hizo porque lo quizo. Pero Dios no tiene necesidades y no necesita beneficiarse o sacar provecho de nada, así que la única respuesta lógica que nos queda, es que fue hecho por amor. Dios amó tanto al hombre, que decidió entregar a su hijo por su creación, nos dice el apóstol Juan en su Evangelio capítulo 3 versículo 16.
De su costado brotó un rio de sangre, porque de su costado nació la Iglesia, su esposa; al igual que la esposa de Adán, Eva, también fue creada de su costado. Eva como lo dice Adán, fue hueso de su hueso y carne de su carne; así también la Iglesia es Santa porque ella comparte todo con su esposo Cristo.
La sangre de Cristo nos libra de la muerte, así como libró la sangre del cordero, a los Israelita de la muerte en Egipto.
Una gota de sangre contiene todo su amor, pero toda su sangre derramada manifiesta la intención de su amor para nosotros. Además de que nos provee un ejemplo a seguir.
Aquí les comparto de Santo Tomas de Aquino Adoro te devote:
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomas, pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti esperé y que te amé. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amen.
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En Cristo Luis Roman
Santa Maria ora pro nobis
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Foto: Longinus piercing Christ’s side with a spear Artist Gerard de la Vallée (1596–) Blue pencil.svg wikidata:Q33316773 Longinus piercing Christ’s side with a spear/ between 1626 and 1667
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