El Mes de Julio es dedicado a la preciosísima Sangre de Jesus. En la vigilia de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor (30 de junio de 1960); fiesta que se celebraba todos los 1 de Julio, pero que fue suprimida en el nuevo calendario, el papa Juan XXIII escribió una hermosa carta apostólica, llamada INDE A PRIMIS. Esta carta fue dedicada al Fomento del Culto a la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Aquí les dejo el enlace para el documento completo y un pedazo de este escrito.
‘Y al culto de latría, que se debe al Cáliz de
la Sangre del Nuevo Testamento, especialmente en el momento de la elevación en
el sacrificio de la Misa, es muy conveniente y saludable suceda la Comunión con
aquella misma Sangre indisolublemente unida al Cuerpo de Nuestro Salvador en el
Sacramento de la Eucaristía. Entonces los fieles en unión con el celebrante
podrán con toda verdad repetir mentalmente las palabras que él pronuncia en el
momento de la Comunión: Calicem salutaris accipiam et nomem Domini invocabo…
Sanguis Domini Nostri Iesu Christi custodiat animam meam in vitam aeternam.
Amen. Tomaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor… Que la
Sangre de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Así sea.
De tal manera que los fieles que se acerquen a él dignamente percibirán con más
abundancia los frutos de redención, resurrección y vida eterna, que la sangre
derramada por Cristo “por inspiración del Espíritu Santo” [15]
mereció para el mundo entero. Y alimentados con el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, hechos partícipes de su divina virtud que ha suscitado legiones de
mártires, harán frente a las luchas cotidianas, a los sacrificios, hasta el
martirio, si es necesario, en defensa de la virtud y del reino de Dios,
sintiendo en sí mismos aquel ardor de caridad que hacía exclamar a San Juan
Crisóstomo: “Retirémonos de esa Mesa como leones que despiden llamas,
terribles para el demonio, considerando quién es nuestra Cabeza y qué amor ha
tenido con nosotros… Esta Sangre, dignamente recibida, ahuyenta los demonios,
nos atrae a los ángeles y al mismo Señor de los ángeles… Esta Sangre
derramada purifica el mundo… Es el precio del universo, con ella Cristo
redime a la Iglesia… Semejante pensamiento tiene que frenar nuestras pasiones.
Pues ¿hasta cuándo permaneceremos inertes? ¿Hasta cuándo dejaríamos de pensar
en nuestra salvación? Consideremos los beneficios que el Señor se ha dignado
concedernos, seamos agradecidos, glorifiquémosle no sólo con la fe, sino
también con las obras” [16].’
¡Ah! Si los cristianos reflexionasen con más frecuencia en la advertencia
paternal del primer Papa: “Vivid con temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación, considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir no
con plata y oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como
cordero sin defecto ni mancha!” [17]. Si prestasen más atento oído a la
exhortación del Apóstol de las gentes: “Habéis sido comprados a gran
precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” [18].
Para leer el documento completo: https://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es/apost_letters/1960/documents/hf_jxxiii_apl_19600630_indeaprimis.html
En Cristo Luis Roman
Santa Maria ora pro nobis
Foto: Giotto, fresco from Scrovegni Chapel, Crucifixion Date circa 1300 wikimedia commons Author Giotto di Bondone (–1337) Blue pencil.svg wikidata:Q7814 s:it:Autore:Giotto q:it:Giotto