Todos los 6 de Agosto celebramos La Transfiguración del Señor. Cuando recitamos el Santo Rosario la meditamos en el cuarto misterio Luminoso. El catecismo de la Iglesia Catolica nos dice; «Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para «entrar en su gloria» (Lucas 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén» (CIC, 555).
Nuestro Señor deja ver su gloria y divinidad y nos da a entender, justo antes de ir a Jerusalén para ser ejecutado, que Él no es otro profeta más. Jesús es el hijo de Dios, el Mesías y el único salvador. Aunque parezca un hombre destruido en la cruz, sabemos que en su persona se encuentra su naturaleza divina, (ÉL es Dios), que es todo poderoso y redentor para nosotros. Su apariencia, que parece solo humana, es igual que el pan y vino en el altar, que se ven como pan y vino, pero son el cuerpo y la sangre de Cristo. Este alimento divino nos ayudara a alcanzar la vida eterna con nuestro Señor.
Nuestro Señor es el único camino al Padre. Debemos permanecer despiertos y atentos a sus palabras, para que así, algún día podamos disfrutar de las Glorias prometidas, para las que fuimos creados.
En Cristo, Luis Román
Santa Maria ora pro nobis
Foto: Transfiguration by Lodovico Carracci