La batalla contra las potestades y los entes sobrenaturales, que en desobediencia con Dios quieren hacernos caer, no la podemos ganar con nuestras fuerzas solamente. Necesitamos la Gracia que solo viene de Dios. El primer paso es mantener una comunicación con Dios y es aquí donde viene la oración diaria constante.
Para poder luchar en esta batalla contra el pecado necesitamos la oración, pero a veces nos sentimos desanimados y es cuando el rezo del Santo Rosario nos ayuda. Al rezar el Santo Rosario no tengo que pensar que voy a decir, solo debo de seguirlo y al hacer las oraciones y terminar este hermoso ejercicio, entonces puedo conseguir orar a Dios. En otras palabras, el Santo Rosario me lleva a la oración. Muchas veces puedo orar sin tener que rezar, pero en los momentos de desánimo; que es donde satanás se aprovecha, es cuando no me quedo haciendo nada y rezo. Esto me mantiene en pie en la línea de fuego.
El Santo Rosario es una estrategia completa de batalla. Como parte de ella tenemos:
- Misterios asignados por día para meditar (Gozosos, Glorioso, Dolorosos y Luminosos)
- Cada misterio es un episodio de la vida de Jesús
- Cada misterio es hecho de una manera idéntica (1 Padre Nuestro, 10 Ave Marías y un Gloria), pero son diferentes. Recuerda que toda batalla se gana con la consistencia y persistencia. El cambiar de estrategia nos llevaría a la derrota.
La repetición de las oraciones nos afecta las emociones e impacta:
- La memoria (cualquier soldado diría que los mas importante es memorizar el plan la estrategia
- Lleva a la meditación porque estamos repitiendo las palabras Bíblicas una y otra vez (Padre Nuestros y Ave Marías)
- Le da un sentido místico. La repetición le da un toque de misterio y nos lleva a lo sobrenatural
- Uso mis labios, pero no hablo mis pensamientos. Esto demuestra que vamos a la batalla no con nuestras propias ideas, sino con una de oración, propuesta por la mismísima Madre de Dios; quien le entrego el Santo Rosario a Santo Domingo de Guzmán.
La oración la hacemos meditando en Jesus, pero a través de Maria
- Invocamos a Maria para que nos acompañe. Los cristianos creemos en la vida eterna y sabemos por fe que los santos ya disfrutan y comparte en plenitud su lugar en el cuerpo de Cristo. Como Cristo nos puede escuchar, así mismo todos los santos nos escuchan. Todo esto por los méritos de Cristo. Maria no es la excepción, pero no debemos olvidar, que su misión en la Tierra fue grandiosa y única y esto le ha concedido gracias mayores no para su beneficio, sino para beneficio de todos los miembros del cuerpo de Cristo y para la gloria de Dios.
- Ella intercede delante de su Hijo porque él es el único que esta delante del Padre y es nuestro único mediador. María no tiene poder para hacer milagros o conceder peticiones, solo Dios.
- Ella le lleva de una manera más agradable a Dios nuestra oración.
- Debo de pedir también directamente a Dios, pero me reconozco que necesito ayuda de otros miembros del cuerpo de Cristo y esto manifiesta humildad de mi parte. Todo esto nos ayuda en la batalla. La humildad es la Madre de todas las virtudes.
El Santo Rosario es igual siempre por eso funciona y en esta batalla debemos ir a la segura.
- Misma intensidad
- Misma intención
- Mismo recurso
El demonio detesta a Maria porque ella es:
- Madre De Dios
- Arca de la Nueva Alianza
- Genesis 3:15 Y Dios establecido enemistad entre Ella (Maria) y el demonio.
- Después de la Trinidad esta Maria. San Pio X decía que ella es el cuello del cuerpo de Cristo. María es miembro del cuerpo de Cristo al igual que tú y yo, pero su lugar es privilegiado por la misión que tuvo al ser la Madre del Mesías
Esta batalla necesita un ejército y a través de las cuentas del Santo Rosario, me pongo en unión con la Iglesia Milenaria
- Oramos como oraron los santos aquí en la Tierra.
Me pongo también en unión con la Iglesia Universal Militante que se encuentra aquí en la Tierra.
- Todos los del batallón rezamos el Rosario de la misma forma. Es igual en todo el mundo
- Siempre hay alguien rezándolo
- Porque La batalla es a tiempo y destiempo. Los demonios no descansan y nosotros no podemos darnos ese lujo.
El Ejercito de Cristo tiene dos pilares y estos son la obediencia y la diciplina y estas son visibles, con la forma en que rezamos el Santo Rosario. Nosotros no decidimos como voy a rezarlo hoy o si lo voy a cambiar. Simplemente no podemos, porque somos obediente y diciplinados. El demonio detesta esto, porque este simple ejercicio nos ayuda a desarrollar las virtudes, que son tan necesarias para la batalla.
Para terminar, quisiera decir que el santo Rosario manifiesta las dos realidades de nuestra batalla con el pecado, la visible e invisible. Al igual que nuestra alma no se puede ver, así son las intenciones al rezar el Santo Rosario, pero, así como se ve lo que hacemos cuando lo rezamos, así también son nuestras obras. Ambas son imprescindibles para alcanzar la victoria y llegar a la meta.
Pediré a Dios para que todo aquel que lea este articulo encuentre paz y fuerza en el Santo Rosario y que lo pueda rezar todos los días. Esto lo pido en el nombre de Jesús. Amen
En Cristo, Luis Roman
Santa Maria ora pro nobis
Foto: Carlow Cathedral St Dominic Receives the Rosary from the Virgin Mary 2009 09 03.jpg