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La Biblia no puede ser entendida sin la Sagrada Tradición

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Mucho antes de que se compaginará el Nuevo Testamento tal como lo conocemos hoy. Los cristianos tenían una relación con Dios a través de los sacramentos y la Iglesia.

Estas comunidades se mencionan en la Biblia y algunas de ellas fueron a las que se dirigieron San Pablo y los Apóstoles a través de cartas. Ninguna de estas comunidades tenía la Biblia.

¿Entonces que tenían? La Sagrada Tradición (enseñanzas transmitidas por los apóstoles de una generación a otra).

La Iglesia Católica no es una Iglesia que sigue un libro. Somos la Iglesia que sigue al Dios vivo gracias al depósito de Fe que nos dió nuestro Señor Jesús y que fue transmitido por la Sagrada Tradición. Estas Enseñanzas fueron mantenidas y protegidas por las generaciones después de los Apóstoles hasta el día de hoy.

Ésta, es la perspectiva que siempre debemos tener cuando leemos las Sagrada Escrituras. La bendición de tener el Nuevo Testamento y el Antiguo juntos (La Santa Biblia), debe llevarnos más cerca del Señor. Al comprender este aspecto, deberíamos poder reconocer cualquier mensaje que no está de acuerdo con el del Señor. Además, nuestras interpretaciones de cualquier pasaje que leamos de la Biblia estarán de acuerdo con las enseñanzas del Señor y la Iglesia. Se trata de conocer al Señor y su Fe universal.

“Del mismo modo, cualquier pasaje único de la Escritura depende de algún otro, o más bien, cualquier pasaje único está relacionado con otros miles” (San Buenaventura, Colación 19 sobre los seis días, párrafo 7)

A veces leemos la Biblia y sentimos que hay algunas contradicciones entre un pasaje y otro. Por ejemplo, el Dios enojado del Antiguo Testamento y el Dios Misericordioso del Nuevo Testamento, pero si miramos más de cerca, veremos que no hay contradicción, sino que, lo que hay es una continuidad o una progresión en el único plan diseñado por Dios para la salvación de todas las almas

“El Nuevo Testamento se esconde en el Antiguo y el Antiguo Testamento se revela en el Nuevo”. San Agustín.

En conclusión, en cuanto más nos acercamos a Dios, La Iglesia y los Sacramentos, más las Sagradas Escrituras toman vida y comenzarán a tener sentido para nuestra vida propia.

Que ojalá al acerarnos al Señor, su Iglesia y los sacramentos podamos disfrutar de los manjares descritos en las Sagradas Escrituras en cada momento de nuestra vida.

En Cristo, Luis Roman

Santa Maria ora pro nobis