La oración del fariseo es un engaño. El fariseo se felicita por sus propios actos, que presenta a Dios. Exaltándose así mismo. Prácticamente le esta robando toda la Gloria a Dios. Lucas 18: 9–14.
El recaudador de impuestos se encuentra a cierta distancia, demasiado avergonzado como para levantar los ojos hacia Dios. Ora con un corazón humilde y contrito. Él sabe que ante Dios nadie es justo, nadie tiene motivos para jactarse (Romanos 3:10; 4: 2).
Dios no puede ser sobornado. No podemos tratar de impresionarlo, incluso con nuestras buenas obras o nuestra fiel observancia de los deberes religiosos como el diezmo y el ayuno. Si tratamos de exaltarnos ante el Señor, como lo hace el fariseo, seremos humillados (Lucas 1:52).
Esto debería ser una advertencia para nosotros si nos sentimos orgullosos de nuestra piedad. No podemos pensar que somos mejores que los demás o que no somos como el resto de la humanidad pecadora.
Si nos vestimos de humildad reconocemos que todos somos pecadores que necesitamos Su misericordia y seremos exaltados (Proverbios 29:33).
La oración de los humildes atraviesa las nubes. Pablo testifica de esto en la Epístola 2 Timoteo 4: 6–8, 16–18, ya que agradece al Señor por darle fuerza durante su encarcelamiento. Pablo nos dice lo que el salmo de hoy nos hace meditar: que el Señor redime la vida de sus humildes siervos (Salmo 34: 2–3, 17–19, 23).
Nosotros también debemos servirle con amor y sobre todo con humildad. Él nos escuchará en nuestra angustia, nos librará del mal y nos llevará a su reino celestial.
Aquí les comparto la meditación de esta semana en video y audio.
En Cristo, Luis Roman
Santa Maria Ora Pro Nobis
Para ver el la meditacion en YouTube https://youtu.be/Y-BWpbytW5o
Para escuchar el Audio
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