En la figura de Zaqueo en el Evangelio según San Lucas 19,1-10, tenemos una imagen de un alma perdida. Es un recaudador de impuestos, de profesión un “pecador” excluido de la vida religiosa de Israel. No solo eso, es un recaudador principal de impuestos. Peor aún, es un hombre rico que aparentemente se ha ganado la vida mediante el fraude.
Pero la fe de Zaqueo trae salvación a su casa. Expresa su fe en su ardiente deseo de ver a Jesús, incluso humillándose a sí mismo para subirse a un árbol solo para verlo pasar. Mientras que los de mayor estatura religiosa reaccionan a Jesús con enojo, Zaqueo lo recibe con alegría.
Zaqueo no es como los otros hombres ricos con los que Jesús se encuentra o cuenta historias (ver Lucas 12: 16–21; 16: 19–31; 18: 18–25). Se arrepiente, prometiendo pagar restitución a los que ha engañado y dar la mitad de su dinero a los pobres.
Por su humildad es exaltado, hecho digno de recibir al Señor en su casa. Por su fe se justifica, se hace descendiente de Abraham (Romanos 4: 16–17).
Estamos llamados a buscar a Jesús todos los días con el corazón arrepentidos. Y debemos hacer nuestra propia oración como la Pablo en la Epístola de hoy 2 Tesalonicenses 1,11-12.2,1-2; para que Dios nos haga dignos de Su llamado, para que con nuestras vidas podamos glorificar el nombre de Jesús.
Aquí les comparto la meditación de estas semanas en Video y en Audio. En esta meditación nos enfocamos en la Segunda Lectura y en los versículos antes y después que no están incluidos en el Leccionario o Misal.
En Cristo Luis Roman
Santa Maria ora pro nobis
Para ver la Meditacion en YouTube: https://youtu.be/8sdbcOCUyfs
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