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El Nuevo Adán Y La Nueva Eva, La Eucaristía y San Juan Apóstol y Evangelista

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No hay mejor manera de recordar a San Juan Apóstol y Evangelista que leyendo su evangelio. El nos muestras quien es el verbo de Dios, el misterio del nuevo Adán y la nueva Eva y la importancia de la Eucaristía.

El nuevo Adán y la nueva Eva

En el evangelio de San Juan se menciona la frase “al día siguiente” tres veces en el capítulo 1; que por su manera de comenzar y describir como era todo en el principio, nos recuerda la narración de la creación del libro del Génesis.

Luego San Juan dice al comienzo del capítulo 2 “tres días más tarde se celebraba una boda en Cana de Galilea”. Aquí san Juan nos presenta un total de seis días. Debemos siempre tomar en cuenta que los autores de las sagradas escrituras utilizaban símbolos y números para presentar un mensaje conjuntamente con el que ya está presentado literalmente.

¿Qué sucedió en el sexto día de la creación?  Adán y Eva fueron creados y se convirtieron en la primera pareja. En otras palabras, el primer matrimonio. No es accidente que en el sexto día en el Evangelio de San Juan se encuentren Jesus y Maria en una Boda.

Es aquí, donde vemos a la nueva Eva intercediendo por los novios porque se les había terminado a ellos el vino. Maria (la esposa del Espíritu Santo), al contario de Eva, con sus palabras incita a Jesus (Dios hecho hombre) a hacer el primer milagro de su vida pública. Todos los milagros hechos por Jesus fueron para gloria de Dios.

En cambio, en el Génesis tenemos a Eva quien con sus palabras le ofreció a Adán del fruto prohibido, tentandolo a pecar por primera vez y llevando a la humanidad a la maldición.

Eva siguió sus deseos de ser igual a Dios y actuó según la voz del mundo, de la serpiente y del pecado. En cambio, Maria se sometió a la voluntad de Dios y les dijo a los sirvientes de la boda y nos dice a ti y a mi “Hagan lo que Él les diga” San Juan 2:5

 “En Caná, merced a la intercesión de María y a la obediencia de los criados, Jesús da comienzo a ‘su hora’. En Caná María aparece como la que cree en Jesús; su fe provoca la primera ‘señal’ y contribuye a suscitar la fe de los discípulos” (San Juan Pablo II, Redemptoris Mater, 21). Es San Juan el Apóstol quien nos enseña está dimensión de la misión de María como la nueva Eva.

La Eucaristía

En el Capítulo 6 de su evangelio, Juan comienza con la narración de la multiplicación de los panes y los peces y como nuestro Señor se preocupa por darnos el alimento de cada día. También se puede observar como utiliza a los apóstoles y los recursos que se consiguieron del gentío (el muchacho con los 5 panes y 2 peces); que según San Juan eran unos cinco mil hombres. Con esta introducción Juan nos enseña como el Señor siempre nos proveerá el alimento o el pan de cada día. Luego Juan nos muestra en el mismo capítulo a Jesus caminando sobre las aguas que no estaban tranquilas, sino que formaban grandes olas porque había una tormenta. El evangelio nos muestra al único que puede controlar los elementos y nos revela que nuestro Señor es el dueño de las leyes físicas y de la naturaleza. El agua no tiene la composición para soportar el peso de un hombre y aunque se ve liquida nuestro Señor caminaba sobre ella como si fuera una superficie sólida. Muy parecido a lo que El realiza en cada Misa con el pan y vino; que no dejan de verse como son, pero dejan de ser para convertirse en algo completamente diferente. Luego en los siguientes versículos comienza la catequesis por parte de nuestro Salvador al decirles a los que lo seguían buscando más panes y peces; “Ustedes me buscan, no porque han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre. “Juan 6:26-27

Luego la importancia de la Eucaristía es manifestada y puntualizado por Juan en este hermoso capitulo que establece, que sin Eucaristía no hay salvación.

  • “El que coma de este pan vivirá para siempre”
  • “En verdad les digo que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día”
  • “Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí”

Ver EVANGELIO de Juan: 6: 51-67

Te exhorto a que leas este evangelio y medites en cada palabra que fue escrita por este Apóstol de Cristo.

En Cristo, Luis Román

Santa Maria ora pro nobis