Aquí les comparto algunas de mis notas después de haber leído el documento o mejor dicho exhortación apostólica Verbum Domini de Benedicto XVI que fue publicada en septiembre 2010.
El documento recalca la importancia de las Sagradas Escrituras en la vida de todos los fieles, como debemos pedir al Espíritu Santo para comprenderla, defiende el hecho de que solo la Iglesia es maestra de las Escrituras y que la Santa Tradición Apostólica y las Sagradas Escrituras son inseparables. También define la diferencia entre revelación publica y revelación privada. Reafirma que lo revelado por Dios ya ha sido completado y terminado con las Sagrada Escrituras. En otras palabras, se puede inferir que todo documento publicado luego del ultimo libro escrito de La Biblia, como el Corán, el evangelio de los mormones y otros; no son parte de la revelación publica de Dios. Benedicto XVI invita a la Iglesia también a mantener como centro de la formación de los seminaristas las Sagradas Escrituras y la Tradición.
Aquí están mis notas:
- Dios “desde la plenitud de su amor, se dirige a hombres y mujeres como sus amigos, y vive entre ellos, para invitarlos y recibirlos en su propia compañía”.
- La palabra de Dios (Logos) permite a hombres y mujeres, a través de la gracia, compartir la vida divina y vencer su egoísmo. El Hijo de Dios mismo es la Palabra. Se convirtió en un niño, para que pudiéramos comprender la palabra. Ahora nosotros podemos ver la palabra: Jesús de Nazaret.
- Los fieles deben distinguir la palabra de Dios de la revelación privada cuyo papel “no es” completar “la revelación definitiva de Cristo, sino ayudar a vivirla más plenamente en un cierto período de la historia”. Es la Tradición viva de la Iglesia la que nos hace comprender adecuadamente la Sagrada Escritura como la palabra de Dios. La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Solo en esta comunión con el pueblo de Dios (la Iglesia) podemos realmente entrar en la verdad de que Dios mismo.
- En la liturgia (Santa Misa), la Iglesia se adhiere fielmente a la forma en que Cristo mismo leyó y explicó las Sagradas Escrituras. Los candidatos al sacerdocio deben aprender a amar la palabra de Dios. Las Escrituras deberían ser el alma de su formación teológica, y se debe dar énfasis a la interacción indispensable de exégesis, teología, espiritualidad y misión apostólica.
En Cristo Luis Roman
Santa Maria Ora pro nobis