El cuerpo humano no puede ser un cuerpo humano sin el alma. El alma da vida al cuerpo y le da también características únicas haciendo al ser humano imagen de Dios (Génesis 1: 26-28). El intelecto y la inteligencia son el resultado del alma entregada por Dios. Dios es la fuente del alma y no los padres. Los padres aportan los elementos físicos para que el cuerpo crezca. El alma es eterna y no puede morir. Las almas necesitan un cuerpo para comenzar a existir, pero después de que el cuerpo muere, el alma puede vivir para siempre. Las Sagradas Escrituras nos dicen que nuestros cuerpos se unirán nuevamente con sus almas (1 Tesalonicenses 4: 15-16). Esta es la resurrección prometida por Cristo. La resurrección no es una resurrección del 50%. Seremos resucitados al 100%.
La unidad del alma y el cuerpo es tan profunda que se considera a la misma la forma del cuerpo. Es debido a su alma espiritual que el cuerpo hecho de materia se convierte en un cuerpo humano vivo, como mencioné anteriormente; espíritu y materia & alma y cuerpo en el hombre, no son dos naturalezas unidas, sino que su unión forma una sola naturaleza (la humana).
Esto es tan interesante que nosotros, como cristianos, no podemos evitar pensar en la persona de Cristo, que tiene dos naturalezas. Una de las naturalezas de Cristo es divina y la otra humana. Incluso en Cristo la Iglesia nos enseña que Él es una persona y no dos personas (divina y humana). Nosotros no somos divinos y no tenemos dos naturalezas. Solo tenemos una naturaleza, y esa naturaleza está hecha de alma y cuerpo.
Sin el alma el cuerpo no tiene vida, pero tampoco puede tener la forma única de cómo el ser humano se comporta, toma decisiones y puede ser racional. Todo esto se debe a que Dios les dio el alma. Es la capacidad que tenemos los seres humanos de pensar y meditar y no solo en sentido natural sino también de forma trascendente lo que nos diferencia de los demás seres vivos.
La ciencia puede tratar de comprender la mente y puede proporcionar buenas ideas sobre cómo y por qué se toman las decisiones, pero esta unión entre el cuerpo y el alma es difícil de explicar y comprender sin verla desde el punto de vista del alma siendo la forma del cuerpo.
Ver el alma como la forma del cuerpo cambia la forma en que nos acercamos al significado de la vida, la dignidad de la humanidad y vivimos después de la muerte.
En Cristo Luis Roman
Sancta Maria ora pro nobis