≡ Menu

¿Cada persona puede decidir su genero como le apetezca y le dé la gana?

Suscribete
Suscribete
Siguenos
Twitter
Visit Us
Follow Me
RSS

Nuestra generación; que ya no es una cristiana, está tratando de borrar y destruir la visión de un Creador que decidió y diseñó nuestros cuerpos, mente y alma. La causa fundamental de este problema comenzó con la idea de la liberación de la mujer. ¿Liberacion de qué? Esto es sin duda una crítica y ataque a las Sagradas Escrituras y a la idea de la concepción patriarcal de Dios.

Estas teorías que desafían a Dios y la ley natural mantienen que la condición biológica de cada persona no puede ser un factor determinado de quién soy o cómo se supone que debo comportarme. La naturaleza no posee absolutos según ellos. Cada persona puede establecerse como le apetezca y le dé la gana.

Esta es una negación de la realidad. Ahora el hombre biológico puede ser una mujer y una mujer biológica puede ser un hombre. Esto abre la puerta a múltiples géneros además del masculino y femenino. La homosexualidad y otros tipos de uniones están permitidas y disponibles para todos.

Por una razón obvia, como mencioné antes, el orden patriarcal de Dios es una ofensa y un peligro para esta nueva sociedad y la definición del matrimonio como la unión del hombre y la mujer es discriminatoria. Además, decir que el matrimonio debe estar abierto a la vida y que uno de los propósitos es la procreación es un insulto a los otros tipos de “familias”.

Como solución a este problema, la Iglesia y sus miembros necesitan iluminar al mundo con la realidad de nuestro poder y capacidad creativo que compartimos con Dios. Este don solo se puede lograr si aceptamos quiénes somos y cómo fuimos creados por Dios.

Nosotros, como católicos, debemos señalar las diferencias que existen entre hombre y mujer y cómo ambos gracias a ellas se complementan entre sí . Ademas debemos mostar cómo pueden lograr incluso el milagro de la vida cuando están unidos en el santo sacramento del matrimonio. El matrimonio que surge de esta alianza de amor conyugal no es creado por ninguna autoridad pública, es una institución natural y original establecida por Dios.

Lamentablemente, la idea de que otro (Dios) decidió por nosotros o la tarea de aceptar las diferencias entre hombre y mujer en unión a lo que los hace iguales (su dignidad humana) delante de los ojos de Dios es imposible para esta generación. La sociedad está al borde del colapso. Solo nuestro testimonio y nuestra forma de vida con la Gracia de Dios pueden mostrarle al mundo cuál es la verdad sobre nuestra humanidad.

En Cristo Luis Roman