El 16 de julio de 1251, nuestra madre la Santísima Virgen María se apareció a San Simón Stock y le dijo: “Este será un privilegio para ti y para todos los Carmelitas, que quien muera en esto no sufra el fuego eterno, es decir, quien muera con él se salvará. Persevera, vistiendo devotamente el Santo Escapulario, porque es mi Hábito. El hecho de estar vestido con este Hábito mío significa que están pensando continuamente en mí; y que yo, a su vez, siempre estoy pensando en ti; y ayudándoles a conseguir la vida eterna. “
Nuestra Santa Madre nos dio esta revelación para que encontremos consuelo en su especial intercesión. El escapulario pequeño para mí es un pedazo del hábito de nuestra Madre. Esta y otras devociones, especialmente cuando debes vestir algo o llevarlo al cuello, sirven como un recordatorio de nuestros deberes como católicos y nos recuerdan el gran poder de todos los Santos y que la Virgen María para compartir con nosotros si hacemos la voluntad de Dios. En este mundo donde a veces parece que no hay esperanza; el escapulario puede recordarnos que no estamos solos. Además de ser un compromiso de no hacer el mal. No me imagino caer en pecado mortal y llevando el escapulario. No estoy diciendo que no podría pasar, pero las posibilidades se han reducido casi nada.
Sabemos por las Sagradas Escrituras que la Virgen María intercedió aquí en la tierra por los demás; tanto más ahora intercederá por nosotros estando plenamente unida a Dios en el cielo.
San Pablo dice que el amor nunca pasará. Si María por amor intercedió aquí, ahora allá en el cielo podrá hacer mucho más. “El amor nunca pasará. Las profecías desaparecerán. Las lenguas cesarán. La ciencia desaparecerá, pero no el Amor. Ver 1 corintios 13,8.
Además, si Jesucristo escuchó y contestó la oración del malhechor por un momento de fe cuando estaba en la cruz (Lucas 23, 42), más aún escuchará a su Santísima Madre (Lucas 2,16) que hizo perfectamente la voluntad de Dios y dijo: “He aquí la esclava del Señor, Hágase en mí según tu palabra “Lucas 1,38.
Si por un minuto de fe, Jesús escuchó y respondió al malhechor (“Buen “ladrón crucificado junto a él), ¿qué no hará Jesús por su madre que tuvo una vida de fe y obediencia? “La oración de los justos tiene gran poder” dice Santiago 5, 16. Así de fuerte es y la oración y la intercesión de María. Como recordatorio y afirmación de este Misterio de fe vestimos el Santo Escapulario.
En Cristo Luis Roman