El Papa animó al grupo de Comunistas Marxista a «tener el coraje de romper moldes para abrirse, en el diálogo, a nuevos caminos. En una época marcada en varios niveles por conflictos y divisiones, no perdamos de vista lo que aún se puede hacer para revertir la tendencia. Frente a los enfoques rígidos que separan, cultivamos el debate y la escucha con el corazón abierto, sin excluir a nadie, a nivel político, social y religioso, para que la contribución de todos pueda, en su particularidad concreta, ser acogida positivamente en los procesos de cambio para al que está ligado nuestro futuro».