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¿Cuantas voluntades hay en Jesucristo?

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En Jesucristo hay dos voluntades: la una divina y la otra humana.


¿Tenía Jesucristo libre albedrío? – Sí, señor; Jesucristo tenía libre albedrío, más no podía obrar el mal, porque el poder obrar el mal es defecto, no perfección de la libertad.  Del Catecismo del Papa San Pio X.

Nuestro Señor Jesucristo es una sola persona, no múltiples personas. Él es la segunda persona de la Santísima Trinidad y su persona es Divina.

La persona de Jesús está compuesta por dos naturalezas; la divina y la humana. Jesús en esencia es divino y por ser divino, también tenía una naturaleza divina. Él no perdió su divinidad al hacerse hombre.

Ademas como Jesús  fue concebido por la Santísima Virgen Maria, también tenía naturaleza humana. No debemos confundirnos, nuestro Señor era y es, 100% divino porque nunca dejo de ser Dios y 100% hombre, porque asumió completamente la naturaleza humana.

Jesus tenía dos voluntades la divina y la humana; ambas estaban completamente sincronizadas o alienadas.  La palabra correcta es ordenadas, porque su voluntad humana está dirigida a la divina y su divinidad es glorificada por medio de su humanidad.

Este es el llamado a la santidad. Todos los cristianos estamos llamados a vivir como Cristo. Jesus tenía libre albedrio, pero no pudo y no quiso obrar mal, porque cualquier signo de defecto o de imperfección, es signo de pecado y de esclavitud. Dios es perfecto y no puede pecar, pero esto no quiere decir, que su humanidad no sintió los dolores del pecado. Solo el camino de la perfección que nos ofrece Cristo nos puede llevar hacia la santidad.

Para Jesus no fue fácil y él era Dios. Así que para nosotros también va a hacer difícil, pero si tenemos fe, seguimos sus consejos y mandatos y sobretodo vivimos una vida de oración y de sacramentos nuestro yugo será ligero y la carga será menos pesada  Mateo, 11:30. Jesús nos prometió su auxilio. Su ejemplo nos muestra el camino de la Divina Voluntad.

“Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»”
Mateo, 26
:39


¡Santa Maria Ora Pro Nobis!

En Cristo;

Luis Roman

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