ALMA
La sustancia espiritual e inmortal del hombre que anima a su cuerpo.
El alma esta naturalmente ordenada hacia el cuerpo. Separada de el, está incompleta. Decimos que el alma es “simple” porque no tiene componentes. Pero si tiene “accidentes”.
En la Sagrada Escritura el término “alma” se refiere a:
-La vida humana (cf Mt 16,25-26; Jn 15,13)
-A toda persona humana (cf Hech 2,41).
-Lo más íntimo del hombre (cf Mt 26,38; Jn 12,27)
-Lo mas valioso en el hombre (cf Mt 10,28; 2 Mac 6,30)
-Aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: «alma» significa el principio espiritual en el hombre (Catecismo.I.C. 363).
El alma y el cuerpo: una naturaleza
La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la «forma» del cuerpo (cf. Cc. De Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza (Cat.I.C. 365).
Cada alma es creada directamente por Dios
Dios interviene directamente en el momento de la concepción de cada ser humano creando un alma inmortal (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8). El alma, por lo tanto, no es «producida» por los padres. Es inmortal (cf. Cc. De Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y esta destinada a unirse de nuevo con el cuerpo en la resurrección final (cf Cat.I.C. 366).
El alma le da al hombre acceso a Dios
El hombre: Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas percibe signos de su alma espiritual. La «semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia» (GS 18,1; cf. 14,2), su alma no puede tener origen más que en Dios (Cat.I.C. 33).