Algunos dicen que María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47). Decir que María se declarara pecadora, es incorrecto y falso. Maria se declara salvada por Dios, y decir esto es cierto y correcto.
Lucas 1:48 presenta a Maria reconociendo que fue salvada. La pregunta sería; ¿De qué fue salvada? Ella fue salvada del dominio del pecado, por gracia de Dios. Para eso no tuvo que llegar a pecar. Dios la salvó preservándola del pecado.
El dogma de la Iglesia Católica de la Inmaculada Concepción de María no niega y también dice, que ella fue salvada por Jesús. En la Virgen María las gracias de Cristo se aplicaron desde el momento de su concepción. El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido, no fue obstáculo, porque las gracias de Jesús no dependen del tiempo o del espacio. Estas gracias se aplicaron anticipadamente a su Madre por voluntad de Él. Así como El mismo se hizo preparar un arca para llevar el maná (alimento bajado del cielo), la ley y el báculo (sacerdocio); así también preparó a Maria para llevar el pan bajado del cielo, el verbo hecho carne (la ley) y a Ese, que es el sumo y eterno sacerdote. ¡Para Dios nada es imposible!
No podemos dejar de mencionar el versículo de Romanos 3:23 que dice: “todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios”. Este versiculo es siempre utilizado para presentar la idea de que Maria cometió pecado. Si fuéramos a tomar las palabras de San Pablo “todos han pecado” literalmente, Jesús también quedaría incluido entre los pecadores. Por lo cual entendemos que esta no es la intención de San Pablo ya que el mismo menciona que Jesús “no conoció pecado” (2 Corintios 5:21, hebreos 4:15, 1Pedro 2:22).
El dogma de la Inmaculada Concepción de María y lo que enseña la Iglesia, no contradice la enseñanza de San Pablo en Romanos 3:23, sobre la realidad pecadora de la humanidad; la cual estaba encerrada en el pecado y lejos de Dios hasta la venida de Cristo. San Pablo enseña que Cristo nos redime del pecado y nos une a Dios (Efesios 2:5). Esta es también la enseñanza del Catecismo de la Iglesia católica; el pecado original afecta a la naturaleza humana que se encuentra en un estado caído. Por eso, el pecado se transmite a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales. Jesús tiene la potestad para preservar a su Madre del pecado, aplicando a ella los méritos de su redención. Maria, por no tener pecado original y gracias a los méritos de Jesus, su Salvador; tampoco fue esclava de las tendencias del pecado (concupiscencia), haciéndola a ella la “llena de gracia” (Lucas 1:28).De esta manera ella pudo vivir una vida sin cometer pecado. Esto fue así no por sus propias fuerzas, sino por las gracias derramada por el Hijo y por la Voluntad del Padre.
En Cristo, Luis Roman
¡Santa Maria Ora Pro Nobis!
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