≡ Menu

La Perpetua Virginidad de La Santisima Virgen Maria

Suscribete
Suscribete
Siguenos
Twitter
Visit Us
Follow Me
RSS

El dogma de la Perpetua Virginidad declara que María fue Virgen antes, durante y perpetuamente después del parto de nuestro Señor Jesucristo.

Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre será Emanuel” (Cf. Is., 7, 14; Miq., 5, 2-3; Mt., 1, 22-23) (Const. Dogmática Lumen Gentium, 55 – Concilio Vaticano II).

“La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo “lejos de disminuir consagró la integridad virginal” de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la ‘Aeiparthenos’, la ‘siempre-virgen’.” (499 – catecismo de la Iglesia Católica)

 En el momento en que el Angel le anunció a Maria que tendría un hijo ella respondió «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» -Lucas 1,34. Para los hebreos “Conocer” significa tener relaciones sexuales. Maria no hubiese preguntado al Ángel Cómo sería esto si hubiese tenidos planes de tener relaciones con José o con otro hombre, Los Padres de la Iglesia y los cristianos de los primeros siglos observaron en este pasaje que María tenía un voto de virginidad y que debía mantenerse aún en caso de matrimonio. Sabemos que algunos judíos hacían este voto; por ejemplo, los Esenios. También había mujeres consagradas vírgenes para el servicio del Templo.

“Propia y verdaderamente la Madre de Dios, la Santa y siempre Virgen María (…) concibió sin semen viril, del Espíritu Santo, al mismo Verbo de Dios, y de manera incorruptible dio a luz “. Papa Martín I:

“María permaneció siempre en la integridad de su virginidad, a saber, antes del parto, en el parto y después del parto, por obra de Dios omnipotente”. Papa Pablo IV, 1555

La virginidad perpetua de la virgen de Maria es importante porque manifiesta su reinado como Madre de Dios y Madre de la Iglesia. A Ella es a quien por gracias de los méritos de Jesus se le concedió mantenerse sin mancha en todo el sentido. Su cuerpo es el instrumento que nos brindó a nuestro Salvador.

Solo para la mayor de las misiones nuestra Madre fue creada. Por esto es perfecta porque ella tenía que dar a luz a la perfección misma.

El Catecismo De La Iglesia Católica nos dice:
496
Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido “absque semine ex Spiritu Sancto” (Cc Letrán, año 649; DS 503), esto es, sin elemento humano, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:

Así, S. Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): “Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen, …Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato … padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente” (Smyrn. 1-2).

497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): “Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo”, dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un Hijo” (Is 7, 14 según la traducción griega de Mt 1, 23).

498 A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de S. Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: La fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos (cf. S. Justino, Dial 99, 7; Orígenes, Cels. 1, 32, 69; entre otros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese “nexo que reúne entre sí los misterios” (DS 3016), dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. S. Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: “El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios” (Eph. 19, 1;cf. 1 Co 2, 8).

500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1 Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José “hermanos de Jesús” (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como “la otra María” (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).

En Cristo ;Luis Roman

Santa Maria Ora Pro Nobis

Te puede interesar: