La Divina Trinidad es un sólo Dios compuesto por tres personas; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Donde está una de las personas, están las tres personas. A esta verdad, que parece no tener lógica, se le llama el misterio de la Santísima Trinidad.
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14:19. Fue ésta la respuesta que Jesús le dijo a Felipe cuando este le pidió que le mostrará al Padre.
“En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho” San Juan, 1:1-3. Aquí San Juan también nos muestra el misterio de la Trinidad. La Palabra o el Verbo quien es Jesús, ya existia desde el principio. San Juan nos dice que a través del Verbo todo fue creado.
Sobre la pregunta de si sólo el mundo fue creado por el Padre solamente, San Pio X nos dice que el mundo fue creado igualmente por las tres divinas Personas, porque todo cuanto hace una Persona respecto a las criaturas, lo hacen con el mismo acto las otras dos personas de la Trinidad.
Podremos preguntar entonces; ¿Por qué, pues, la creación se atribuye particularmente al Padre? El Papa San Pio X nos responde que la creación se atribuye particularmente al Padre, porque es efecto de la divina Omnipotencia; la cual se atribuye especialmente al Padre, como la
sabiduría al Hijo y la bondad al Espíritu Santo, aunque las tres divinas Personas tienen la misma omnipotencia, sabiduría y bondad.
En Cristo; Luis Román
Santa María ora pro nobis
Recurso: CATECISMO MAYOR Prescrito por San Pío X el 15 de julio de 1905 Edición de 1973