Cristo recibió el Bautismo de Juan. Éste bautismo era uno de penitencia o arrepentimiento; nosotros en cambio, recibimos el Bautismo de Cristo, en fuego y Espíritu. Por eso somos cristianos y no bautistas.
Tenemos que entender, que El Bautismo de Juan y el Bautismo mandado por Jesús no son lo mismo. Por eso los católicos bautizamos como Cristo nos ordenó:”en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” Mateo 28: 19.
En la antigua Alianza, el signo para incorporarse al pueblo de Dios, era la circuncisión y esto se llevaba a cabo al octavo día, después de nacido el infante. El Bautismo, es ahora el medio por el cual nos incorporamos al cuerpo de Cristo. Así lo explica san Pablo en Hechos 7:8. Es por esto que se les exhorta a los padres a Bautizar a sus hijos para el octavo día.
Jesucristo le dijo a Nicodemo: “Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” Juan 3: 5. Nuestro Señor continúo explicando a Nicodemo que: “Lo nacido de la carne, es carne, lo nacido del Espíritu, es espíritu” o sea que si un niño no está bautizado, no es nacido del Espíritu.
Cristo siempre exigió la fe, para sanar a los enfermos, pero en el caso de los niños bastaba la fe de su padre o su madre, como es el caso de la hija de Jairo, Marcos 5: 36 y de la hija de la sirofenicia, Mateo 15: 28.
La cantidad de Agua no es importante. La Iglesia Católica, siempre ha hecho ambas formas. Sumergiendo o derramando agua encima de la cabeza. Recordemos, que el Bautismo es un acto de fe de parte de la comunidad, padres y padrinos. El agua es un signo, de lo que el Espíritu Santo está realizando en el bautizado. El agua no es el agente que nos devuelve la gracia perdida por el pecado de nuestros padres, ni es tampoco la que nos incorpora al pueblo de Dios.
Es por esto que Bautizamos infantes, siguiendo el mandato de Jesús y entendiendo su verdadero sentido.
En Cristo; Luis Román
¡Santa Maria Ora Pro Nobis!
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