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La Respuesta es un rotundo

El tercer mandamiento dice, Santificar las fiestas. Este mandamiento, nos obliga a oír la Santa Misa entera todos los Domingo. El Domingo es dia de Fiesta para todos los cristianos.

Entonces ¿Por qué los Domingo?

Con su Muerte y Resurrección, Jesús comenzó la Nueva Alianza y concluyó la Antigua Alianza. Durante la última Cena, Jesús dijo: «Esta copa es la Alianza Nueva, sellada con mi sangre, que va a ser derramada por ustedes.» (Lucas. 22: 20).

Los discípulos de Jesús poco a poco se dieron cuenta de que en esta Nueva Alianza, la ley de Moisés y sus prácticas tendrían otro sentido y significado; es por esto, que la antigua alianza (sus libros) forman parte de la Biblia, para que podamos entender y comprender el verdadero sentido y significado de la Alianza Nueva.

También la Muerte y Resurrección de Cristo significaba para los primeros cristianos la Nueva Creación, ya que Jesús culminaba su obra precisamente con su Muerte y Resurrección en el día Domingo, que será desde entonces «el día del Señor». Al igual que cuando Dios termino su creación y descanso el día siguiente; así mismo los cristianos descansamos el Domingo.

El centro del pueblo de Dios, luego de la muerte y resurrección de Cristo es Jesus Resucitado y Glorificado.

Los primeros cristianos siguieron observando el sábado al comienzo, pero utilizaban las reuniones sabáticas con el solo propósito de anunciar el Evangelio en el ambiente judío. (Hechos. 13, 14). En Hechos 20:7 se nos dice «El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para partir el pan…» Partir el pan es la expresión antigua para decir la santa Misa o Eucaristía. Así que el primer día de la semana era el día que los primeros cristianos guardaban para Dios.

El apóstol Pablo tuvo sus discusiones acerca del día del Señor. Al comienzo de vida publica él tenía la costumbre de predicar en las sinagogas el día sábado para los judíos, pero cuando le rechazaban sus enseñanzas, él se volvía a los gentiles. En este ambiente no judío, Pablo no daba importancia a las costumbres judías, como la circuncisión y el día sábado. Pablo se reunía con los nuevos creyentes el primer día de la semana, y enseño las prácticas que los judíos solían hacer en día sábado, como la colecta de la limosna, el primer día de la semana. (1 Corintios. 16, 1-2)

Así que podemos ver, que siempre los cristianos han guardado el Domingo, porque es el nuevo día del Señor, ya que nuestro Señor fue resucitado un Domingo.

La práctica de partir el pan en el primer día de la semana, está muy clara en las Sagradas Escrituras. La nueva creación fue cumplida ese día, la muerte perdió poder en nosotros y las puertas del cielo se abrieron para todas las almas de buena voluntad.

La Santa Misa Dominical es la mayor de las fiestas y es pecado grave no asistir a ella.

En Cristo, Luis Roman

¡Santa Maria Ora Pro Nobis!

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Los cristianos que cuidan debidamente de la salvación de su alma, comulgan diariamente y se confiesan cada 8 días y siempre que algún pecado turba la paz de su conciencia. Papa San Pio X
(Catecismo breve de San Pio X)

Al igual que el alimento que se necesita todos los días, así también necesitamos del cuerpo y sangre de nuestro Señor.
No olvidemos que en el Padre Nuestro; oración compuesta y dictada por nuestro Señor Jesucristo decimos danos nuestro pan de cada día. Los padres de la Iglesia siempre entendieron estas palabras como una petición al Padre para siempre nos permita tener al a su Hijo como alimento.
El comulgar los domingos es consecuencia y beneficio para nosotros debido a la obligación que tenemos todos los cristianos de santificar las fiestas. Es por esto que tenemos la obligación de celebrar la Misa los domingos. El domingo es el día del Señor y es un día de fiesta porque nuestro Señor resucito un Domingo y al igual que en el viejo testamento que Dios descanso después de haber terminado con la creación así mismo los cristianos descansamos (Sabbat) ahora con nuestro Dios encarnado (el mismo del viejo testamento) el Domingo que es el día después que termino de hacer o crear todo de nuevo. (Apocalipsis 21:5)

Asi que pídele al Señor que te conceda la gracia de poder asistir a misa diaria. Todos estamos ocupados y nuestras agendas están cargadas, pero si el Señor lo permite podrás tener el pan de cada día en la Santa Misa a diario.

Obviamente siempre vamos al doctor o al médico cuando estamos enfermos. Nadie espera a la visita anual si tiene fiebre o no se siente bien. Así mismo es cuando tenemos un pecado mortal o no nos encontramos en gracia por los pecados que hemos cometidos, debemos de ir al confesionario para que el Señor nos conceda su absolución y así como el paralitico podamos caminar después de que nuestros pecados han sido perdonados. (Lucas 5:23)

¡Santa Maria Ora Pro Nobis!

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El sacrificio de la Santa Misa se ofrece a Dios Padre, en el nombre de Jesus a través del Espíritu Santo. Nosotros como Iglesia somos el cuerpo de Cristo y Cristo es la cabeza. Él es el sacrificio perfecto que nos da la oportunidad de reconciliarnos enteramente con Dios. Si la cabeza es parte del sacrificio ofrecido así también debe de ser el cuerpo. Es por esto que nosotros participamos en el único sacrificio hecho por nuestros Señor hace 2,000 años a través de la Santa Misa.

La humanidad necesita a Dios y necesita reconciliarse con El. Dios es todopoderosos y no necesita nada así que Él se nos da a través del mismo sacrificio ofrecido por nuestro Señor Jesucristo como su cuerpo y sangre en las especies de pan y vino (banquete). Lo que ofrecemos como parte del cuerpo de Cristo se nos es devuelto en alimento bajado del cielo. Así como nuestra naturaleza es pecaminosa y en numerosos momentos nos levantamos y en otros nos caemos; así mismo mientras más veces y con mas fidelidad participemos del sacrificio del Señor se nos concederá las gracias y las fuerzas para seguir. Más que esto también estaremos mostrando humildad y arrepentimiento porque reconocemos que tenemos que ofrecer a nuestro Dios el sacrificio de su Hijo porque no hay nada que podamos hacer por nosotros mismo para reconciliarnos con El. Nuestra humanidad y naturaleza no es más que el creador y necesitamos estar en El como un solo cuerpo para poder vivir eternamente.

El papa Pío XII dijo “Cristo, Nuestro Señor, sacerdote eterno, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, durante la última Cena, la noche en que fue traicionado, quiso, como lo exige la naturaleza humana, dejar a la Iglesia su esposa bien amada un sacrificio visible para representar el sacrificio que debía cumplirse sólo una vez sobre la Cruz con el fin de que su recuerdo permaneciese hasta el fin de los siglos, y que la virtud fuese aplicada a la remisión de nuestros pecados de cada día, ofreció a Dios su Padre su cuerpo y su sangre bajo las apariencias de pan y de vino, símbolos bajo los cuales los dio a los discípulos, constituyéndolos sacerdotes del Nuevo Testamento, y ordenándoles a ellos y a sus sucesores que los ofrecieran”.

Pío XII señala que el pan y el vino, simbolizan, no solamente el trabajo humano, sino también la separación violenta, en la muerte, del cuerpo y la sangre de Jesús.

La ausencia de muchos católicos en la Misa del domingo es el resultado de la ignorancia de no saber y de no ver la Cruz como sacrificio, así como el misterio pascual. Es Cristo quien obra a través del sacerdote el misterio de la Transubstanciación, que cambia toda la substancia del pan y la del vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Según Pio XII los cuatro fines del sacrificio eucarístico son (II, 1 col. 216):

  1. Cristo Sacerdote quiere adorar, glorificar, alabar en un homenaje que no cesa jamás. Cardenal Bérulle: ¨Cristo es el Adorador infinito, el único Adorador, el Perfecto Adorador, el divino Adorador¨.
  2. El segundo fin es la acción de gracias que sólo el Hijo puede ofrecer dignamente: el Sacrificio de la Cruz, “prolongado” por la Eucaristía, es la súplica del Hijo al Padre en nombre de toda la humanidad.
  3. Tercero viene la finalidad de expiación, propiciación, reconciliación de todo el género humano con el Padre, ofendido por sus faltas. El Hijo nos arranca así de la dominación del demonio, príncipe de este mundo. Solo Cristo, dice Pío XII, podía ofrecer a Dios satisfacción por todas las faltas del género humano.
  4. Por último, Cristo persigue un fin de impetración: quiere pedir por nosotros, “reducidos a la pobreza y a una mancha – hijos pródigos que hemos empleado mal los bienes recibidos del Padre -, para que por su mediación eficaz seamos colmados de toda bendición y de toda gracia”.

La Misa nos recuerda que no hay salvación fuera de la Cruz: “Cada hombre, debe entrar en contacto vital con el sacrificio de la Cruz, Cristo ha querido morir como cabeza del género humano”, es decir en nombre nuestro y por nosotros, por esa razón sobre el Calvario Cristo estableció una piscina de expiación y de salvación, que llenó con su sangre derramada, pero si los hombres no se zambullen en ella y lavan sus pecados, no pueden obtener ni purificación ni salvación”. Por el contrario, haciendo suyos los cuatro fines de Cristo, unen el sacrificio de la Iglesia al de Cristo (Col. 217). Pio XII

Así que el comulgar no es sólo comer y beber el cuerpo y la sangre de Cristo, sino convertirse así en una sola víctima con el Dios hecho hombre para la Iglesia y para el mundo (cf. MD, II, 1-3). Pio XII

Es por esto que debemos recurrir al sacramento de la reconciliación (confesión) regularmente.

En Cristo; Luis Roman

¡Santa Maria Ora Pro Nobis!